“No se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”

“No se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio”

El Papa visitó las instituciones de la Unión Europea y habló ante los eurodiputados; fue recibido con honores El pontífice puso especial énfasis en la cuestión migratoria y pidió más esfuerzos para garantizar la paz. Con esperanza

HISTÓRICO. El Papa habla a los eurodiputados en la cámara de Estraburgo. En 26 años es el primer pontífice que visita las principales instituciones de la UE. El anterior fue Juan Pablo II. reuters HISTÓRICO. El Papa habla a los eurodiputados en la cámara de Estraburgo. En 26 años es el primer pontífice que visita las principales instituciones de la UE. El anterior fue Juan Pablo II. reuters
26 Noviembre 2014
ESTRASBURGO.- El papa Francisco pidió ante el Parlamento Europeo una Europa “que no gire en torno a la economía” sino a la “sacralidad de la persona humana”, en el marco de un discurso en el que a la vez envió un mensaje de esperanza y aliento. “¿Qué dignidad podrá encontrar quien no tiene qué comer o el mínimo necesario para vivir, o peor aún, el trabajo que le otorga dignidad?”, subrayó el religioso durante la primera visita de un pontífice a la cámara desde hace 26 años. Europa debe abrazar con valentía su pasado, con su “patrimonio cristiano”, y mirar con confianza al futuro. Europa debe vivir un presente con esperanza y abandonar la idea de un continente atemorizado y replegado en sí mismo, destacó.

“La Europa que contempla el cielo y persigue ideales”, que “mira, defiende y tutela al hombre”, dijo. También volvió a abordar, como se esperaba, la cuestión migratoria. “No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un gran cementerio. En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda”, dijo. Y ante el Consejo de Europa advirtió que “hacen falta más esfuerzos para garantizar la paz”. El Consejo de Europa es la institución consagrada a la defensa de la democracia y los derechos humanos en el continente. “Qué gran cantidad de sufrimiento y muerte sigue habiendo en este continente, que ansía la paz pero que fácilmente cae en las tentaciones del pasado”, señaló el pontífice argentino.

“Lograr el bien de la paz requiere ante todo la educación para la paz, desterrar una cultura del conflicto que tiende al miedo del otro, a la marginación de quienes piensan o viven de manera diferente a nosotros”, añadió en medio de la preocupación en Europa por el aumento de los sentimientos antiinmigratorios y de ultraderecha. “La ausencia de un apoyo recíproco dentro de la Unión Europea corre el riesgo de incentivar soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y continuas tensiones sociales”, denunció. Pese a estos desafíos, envió “a todos los ciudadanos europeos un mensaje de esperanza y de aliento. Un mensaje de esperanza basado en la confianza de que las dificultades puedan convertirse en fuertes promotoras de unidad, para vencer todos los miedos que Europa -junto a todo el mundo- está atravesando”. Y aprovechó para recordar la visita anterior de Juan Pablo II en 1988, y condenó los peligros de los tecnicismos burocráticos de las instituciones, de los estilos de vida egoístas, de una “opulencia insostenible”, indiferente respecto al mundo circunstante y sobre todo a los más pobres.

“El ser humano corre el riesgo de ser reducido a un mero engranaje de un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser utilizado”, indicó, de modo que “cuando la vida ya no sirve a dicho mecanismo se la descarta sin tantos reparos”. ¿Cómo conseguir que las generaciones jóvenes puedan perseguir “el ideal de una Europa unida y en paz, creativa y emprendedora, respetuosa de los derechos y consciente de los propios deberes?”, se preguntó, y a modo de respuesta recordó un fresco de Rafael que se encuentra en el Vaticano.

En la imagen, la historia de Europa aparece formada por un encuentro constante entre el cielo y la tierra: el cielo como apertura a lo trascendente, a dios, y la tierra como su capacidad práctica y concreta de afrontar los problemas. “El futuro de Europa depende del redescubrimiento del nexo vital e inseparable entre estos dos elementos”. Jorge Mario Bergoglio fue recibido con todos los honores protocolares y la mayoría de los eurodiputados celebraron su visita. (Reuters-DPA)

Comentarios