El vandalismo se ensañó con los árboles y los contenedores en la Perla del Sur

El vandalismo se ensañó con los árboles y los contenedores en la Perla del Sur

La Municipalidad gasta miles de pesos en arreglar los daños que causan los depredadores. En el parque de la Joven Argentina plantaron 100 árboles y a la semana ya no estaban. Incendian cestos de basura, destruyen monumentos y juegos en las plazas. Es muy difícil encontrar a los responsables

SIN NOMBRE. Vándalos arrancaron la placa explicativa de la obra de arte.  SIN NOMBRE. Vándalos arrancaron la placa explicativa de la obra de arte.
Bajo la gigantesca sombra de un árbol, sobre la tierra húmeda en la que no crece el césped, están desperdigados cientos de pedacitos de un lapacho que había sido plantado hace poco. Las ramas se mezclan con los vidrios de botellas rotas y otros residuos. En el sector de los juegos infantiles, una hamaca se balancea colgada de una sola cadena. Al costado de las caminerías, la mayoría de los bancos están rotos o escritos. Es imposible identificar las esculturas, porque faltan todas las placas de bronce descriptivas. Y a uno de los monumentos los vándalos le hicieron un hueco en la espalda. No hay rincón de la plaza Independencia -una de las más sobresalientes de Concepción- que no muestre signos de destrucción.

El vandalismo en este espacio verde, según los vecinos, aumenta todos los días. Y también en otros sectores de la ciudad. En la última semana, hubo hechos que encendieron la alarma de las autoridades. El primero de ellos ocurrió a pocos metros de la plaza principal. Sobre calle Nasif Estéfano, entre Shipton y Juangorena, desconocidos destruyeron tres árboles que habían sido plantados hace poco más de un mes.

Personal de la Dirección de Medio Ambiente tuvo que reemplazar los ejemplares dañados. No es la primera vez que lo hacen. “Árbol nuevo que ponemos lo destruyen. Algunos no sobreviven ni siquiera una semana”, explica el director de la dependencia municipal, Rubén Quinteros.

“No dejan crecer los árboles. Y es una pena porque esta calle no tiene sombra; es insoportable en verano”, expresa Rosario Nicolasa Figueroa, dueña de una lavandería ubicada en Nasif Estéfano al 200. Ella sostiene que los actos de vandalismo provienen principalmente de los adolescentes que circulan por zona.

Casos preocupantes

A algunos los arrancan de raíz y se los llevan. A otros los quiebran y los dejan tirados en el piso. Este último caso es lo que se vio en el Bosque de la Mujer, que había sido creado hace tres meses en la plaza Haimes. No dejaron ni un ejemplar en pie, detalla Quinteros. Siente tristeza e impotencia cada vez que su teléfono suena y le avisan sobre estos actos de vandalismo. “Igual uno no se tiene que decaer. Generalmente, volvemos al lugar y reponemos los ejemplares”, cuenta.

Una situación más grave se está produciendo en el parque de la Joven Argentina. En este gran pulmón verde del sur -tiene más de 50 hectáreas- habían plantado 100 árboles recientemente. No duraron ni una semana. Nadie sabe a ciencia cierta cómo ocurrió este hecho. Ni otros sucesos por los que las autoridades municipales tuvieron que ponerle un portón de entrada al predio y pedir la intervención de la Dirección provincial de Flora y Fauna. El parque, según informó Quinteros, está sufriendo la tala indiscriminada de los grandes ejemplares que datan de la década del 70, cuando se inauguró el espacio verde. “También hicimos una exposición de los hechos ante la Policía”, agregó.

El parque de la Joven Argentina, ubicado en el extremo norte de Concepción (a la vera del río Gastona), está prácticamente sumido en el abandono y por las noches es un lugar muy inseguro. Los vecinos han escuchado algunos ruidos raros: se dan cuenta cuando cae un árbol de gran porte y también cuando circulan vehículos por la zona de noche. Pero no saben más que eso. “Es una pena la depredación que sufrió en los últimos años este paseo público. Hasta hace un tiempo teníamos pista de salud y juegos para chicos. No quedó nada. Ahora resulta que también están destruyendo lo único lindo que le queda: los árboles”, sostiene Marta Moreno, que vive desde hace 15 años frente al espacio verde, en el barrio el Parque.

Con fuego

Otro blanco para los vándalos son los contenedores de basura, ubicados en casi todos los barrios de la Perla del Sur. Les sacan las tapas, las ruedas y los incineran. En el último año quemaron ocho de estos recipientes que poseen 1.000 litros de capacidad.

El hecho más reciente ocurrió la semana pasada. Según las denuncias anónimas, dos personas que circulaban en una moto por el barrio Haimes incendiaron el contenedor ubicado en Matienzo, entre San Luis y López y Planes.

La pintura fresca de las esculturas y de los bancos a veces no dura ni 48 horas sin que aparezca un graffitti. Las columnas del alumbrado público suelen amanecer con papeles pegados y sin las tapas que protegen el cableado. Hay destrucción de canteros y de obras de arte. La plaza de la Tradición, en el barrio El Clavillo, ya ni siquiera tiene bancos en los cuales sentarse. Los toboganes están rotos y la fuente quedó inservible. Los vándalos se robaron figuras de caballos y de otros objetos creados a partir del reciclaje de materiales de ingenios.

Esos ataques obligan al municipio a desembolsar miles de pesos anuales en concepto de reparaciones de los elementos dañados. Aunque las autoridades no manejan una cifra exacta, dieron algunos números para tener una idea. Reponer un árbol cuesta entre $ 150 y $ 200. Y cada contenedor que se rompe sale algo más de $ 4.000.

El problema, según sostiene Quinteros, es que el vandalismo es un delito que casi no se castiga. “Apostamos a la educación. Es la única salida. Si conseguimos que los chicos quieran su ambiente y cuiden sus cosas, tendremos una ciudad mucho mejor”, concluye.

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