25 Noviembre 2014
WASHINGTON.- El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció ayer la renuncia del secretario de Defensa, Chuck Hagel, el único miembro del partido republicano que formaba parte de su gabinete. Hagel, de 68 años, permanecerá en su puesto hasta que su sucesor sea nombrado y confirmado por el Senado, precisó Obama, quien no explicó las razones de la dimisión.
Si bien la salida de Hagel estaba anunciada, todos los periodistas se plantearon el mismo interrogante ya que no hubo respuestas oficiales: ¿Por qué tenía que marcharse, si todo era tan perfecto? ¿Se trataba de una destitución forzada o de una dimisión voluntaria? Lo que está claro es que con la renuncia de Hagel, Obama pierde a un aliado que estuvo mucho tiempo a su lado.
La dimisión ocurre en medio de una guerra contra la milicia terrorista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), y en medio de la retirada de tropas de Afganistán. “Algo realmente fuerte debe de haber ocurrido” para que Obama y Hagel se separen en esta situación, especula la prensa.
Lucha larga
No sólo desde las elecciones al Congreso el presidente Obama está sometido a una mayor presión. Desde hace más de tres meses los aviones de combate estadounidenses sobrevuelan Siria e Irak casi a diario atacando posiciones de la milicia terrorista. Recientemente Hagel señalaba que se habían registrado los primeros éxitos, pero entre líneas tuvo que reconocer que la dinámica del ISIS aún estaba lejos de quebrarse.
“Habrá contratiempos”, dijo públicamente Hagel hace un par de semanas. La lucha será larga, reconoció sin parecer ya un confiado señor de la guerra.
Obama sabe que se lo juega todo en Irak y también en Siria: está en juego su herencia política y su lugar en los libros de historia. Será como el supuesto “artífice de la paz” o dará la imagen del “señor de la guerra”. Sabe que debe terminar con los yihadistas para acabar con el Estado Islámico, según los analistas.
Respecto de la cuestión siria, se debate cada vez más en la Casa Blanca si la lucha sólo debe ir dirigida contra el ISIS o si también debe golpearse al régimen del presidente Bashar al Assad. La guerra civil siria es la segunda herida abierta del presidente Obama.
Ataques aéreos
En tanto, las tropas kurdas lograron seguir haciendo retroceder a los terroristas del Estado Islámico en la cercada ciudad siria de Kobane, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las tropas kurdas sirias ganaron terreno en el norte y centro de Kobane. En los combates murieron al menos 18 yihadistas y varios combatientes kurdos. Según el Observatorio, EEUU y sus aliados árabes lanzaron al menos cinco ataques aéreos contra los extremistas en el este de Kobane, en los que también murieron combatientes yihadistas.
La milicia islamista tiene cercada Kobane desde hace varias semanas, pero los defensores de la ciudad siria lograron contener su avance con ayuda de los ataques aéreos internacionales.
Por su lado, la oposición siria en el exilio pidió ayer zonas de protección para los civiles en el norte y el sur del país, y la prohibición de ataques aéreos por parte del régimen de Al Assad. Así lo afirmó en Estambul la Coalición Nacional Siria, a la que reconoce Occidente. (DPA)
Si bien la salida de Hagel estaba anunciada, todos los periodistas se plantearon el mismo interrogante ya que no hubo respuestas oficiales: ¿Por qué tenía que marcharse, si todo era tan perfecto? ¿Se trataba de una destitución forzada o de una dimisión voluntaria? Lo que está claro es que con la renuncia de Hagel, Obama pierde a un aliado que estuvo mucho tiempo a su lado.
La dimisión ocurre en medio de una guerra contra la milicia terrorista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), y en medio de la retirada de tropas de Afganistán. “Algo realmente fuerte debe de haber ocurrido” para que Obama y Hagel se separen en esta situación, especula la prensa.
Lucha larga
No sólo desde las elecciones al Congreso el presidente Obama está sometido a una mayor presión. Desde hace más de tres meses los aviones de combate estadounidenses sobrevuelan Siria e Irak casi a diario atacando posiciones de la milicia terrorista. Recientemente Hagel señalaba que se habían registrado los primeros éxitos, pero entre líneas tuvo que reconocer que la dinámica del ISIS aún estaba lejos de quebrarse.
“Habrá contratiempos”, dijo públicamente Hagel hace un par de semanas. La lucha será larga, reconoció sin parecer ya un confiado señor de la guerra.
Obama sabe que se lo juega todo en Irak y también en Siria: está en juego su herencia política y su lugar en los libros de historia. Será como el supuesto “artífice de la paz” o dará la imagen del “señor de la guerra”. Sabe que debe terminar con los yihadistas para acabar con el Estado Islámico, según los analistas.
Respecto de la cuestión siria, se debate cada vez más en la Casa Blanca si la lucha sólo debe ir dirigida contra el ISIS o si también debe golpearse al régimen del presidente Bashar al Assad. La guerra civil siria es la segunda herida abierta del presidente Obama.
Ataques aéreos
En tanto, las tropas kurdas lograron seguir haciendo retroceder a los terroristas del Estado Islámico en la cercada ciudad siria de Kobane, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Las tropas kurdas sirias ganaron terreno en el norte y centro de Kobane. En los combates murieron al menos 18 yihadistas y varios combatientes kurdos. Según el Observatorio, EEUU y sus aliados árabes lanzaron al menos cinco ataques aéreos contra los extremistas en el este de Kobane, en los que también murieron combatientes yihadistas.
La milicia islamista tiene cercada Kobane desde hace varias semanas, pero los defensores de la ciudad siria lograron contener su avance con ayuda de los ataques aéreos internacionales.
Por su lado, la oposición siria en el exilio pidió ayer zonas de protección para los civiles en el norte y el sur del país, y la prohibición de ataques aéreos por parte del régimen de Al Assad. Así lo afirmó en Estambul la Coalición Nacional Siria, a la que reconoce Occidente. (DPA)
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