Salta linda, pero difícil

Salta linda, pero difícil

Tucumán debió esforzarse más de la cuenta para poder vencer a los “mayuatos”.

A TODA MÁQUINA. El tercera línea Agustín Cortez encabeza un ataque “naranja” sin el apoyo de sus compañeros. FOTO JORGE SKAF PARA LA GACETA A TODA MÁQUINA. El tercera línea Agustín Cortez encabeza un ataque “naranja” sin el apoyo de sus compañeros. FOTO JORGE SKAF PARA LA GACETA
Es ley: las más lindas son también las más difíciles. Y aunque ni los propios salteños esperaban de Salta mucho más que una derrota dentro de todo honorable frente al poderoso Tucumán, lo cierto es que los “mayuatos” fueron los que más cerca estuvieron de ponerle fin al invicto que los “naranjas” llevan en partidos oficiales desde abril de 2012. Incluso más que Rosario. Que no los engañe el 32-20 final: la diferencia real fue mucho más exigua, pero se desdibujó en un desenlace rarísimo, que tuvo a Tucumán mareado y entre las cuerdas segundos antes de ser proclamado vencedor.

El monopolio de pelota con el que entró Tucumán duró lo que un ruidoso “chasquibum”. Salta no tardó en emparejar con una buena utilización del pie, pese a tener el viento en contra, y su buena tarea defensiva se vio facilitada por los innumerables errores en el traslado que cometió la visita. Los marcadores se mostraron atentos para anticipar los movimientos “naranjas”, demasiado predecibles, y logrando así tackles ofensivos.

A Tucumán le resultaba imposible ir más allá de tres cuartos de cancha sin cometer knock-on o verse despojado de la pelota por los “pescadores” locales. Para colmo, en retroceso tampoco era brillante: en la primera opción neta de peligro, Mauricio Martínez apoyó el óvalo en el ingoal tucumano.

Otra vez a remar desde atrás en el complemento. No había terminado de acomodarse Tucumán cuando Salta tornó su situación en alarmante: una buena jugada entre Carlos Orlando y Gonzalo Torán terminó en try de éste último y un preocupante 17-6 en contra. Encima, desde Buenos Aires llegaban malas noticias.

El staff técnico “naranja” metió mano en el banco y cambió un tercio del equipo de una sola vez, con lo que retomó el control del partido. Augusto López Salas apoyó un try fundamental para despertar el espíritu tucumano, que luego llevaría al ingoal a Nicolás Proto y Agustín Cortés. Si los “naranjas” habían ido en busca del bonus, a esa altura sólo importaba ganar.

Hubo que esperar con la garganta atravesada. El inclaudicable Salta arrinconó a su hermano mayor en el epílogo y estuvo a metros del try que le hubiera dado la chance de vencerlo, pero una pelota suelta, como tantas que dejó Tucumán en el primer tiempo, terminó en una imparable carrera de Julián Fornaciari hacia la otra hache. Un afortunado giro de traman, en menos de 15 segundos.

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