Atlético triunfó de visitante y renació como el Ave Fénix

Atlético triunfó de visitante y renació como el Ave Fénix

El "Decano" perdía y se despedía de todo, pero reaccionó, ganó y tiene el ascenso en sus manos

TERMINÓ LA SIESTA. Gómez fue uno de los que contagió a sus compañeros en el segundo tiempo. Atlético ganó un partido clave que lo deja a un paso de Primera. foto de ariel alejandro carreras especial para la gaceta TERMINÓ LA SIESTA. Gómez fue uno de los que contagió a sus compañeros en el segundo tiempo. Atlético ganó un partido clave que lo deja a un paso de Primera. foto de ariel alejandro carreras especial para la gaceta
Atlético resurgió de sus propias cenizas en San Francisco. Tras jugar un primer tiempo sin fútbol ni alma, se llevó una victoria 2 a 1 sobre un livianito Sportivo Belgrano. Este resultado, combinado con otros resultados de la fecha (derrotas de Huracán y Patronato) deja la “decano” en zona de ascenso antes de la jornada libre que deberá cumplir el fin de semana. Esa será la antesala de la decisiva final que protagonizará en el Monumental cuando juegue el último encuentro ante Santamarina.

Los goles de Cristian Menéndez y del sustituto Leandro Díaz, ambos en la segunda etapa, cambiaron el curso de una historia que parecía sentenciada. Un equipo sin alma, eso fue Atlético en el primer tiempo. Cuesta entender cómo sabiendo que jugaba prácticamente sus últimas fichas para obtener la gloria del ascenso -y con el aliciente extra de la caída de Huracán en la previa- deambuló por el campo como lo hizo en el estadio “Oscar Boero” durante la etapa inaugural. Sin juego asociado, sin chispa, sin conductor. Porque Jonathan Gómez estuvo intermitente y Juan Imbert, desaparecido. La búsqueda repetida del incansable Menéndez fue su único argumento ofensivo del visitante.

Esa primera etapa emuló al último Boca-River: no por las peleas, sino por lo aburrido. El colista Sportivo Belgrano se mostró como conjunto inseguro, contagiado por los nervios que bajaban de la tribuna.

Aún así, el “verde” llegó un poco más. Y como suele pasar en el fútbol, una decisión individual, la destreza de un jugador, inclinó la balanza. Gastón Álvarez Suárez vio que nadie le salía al encuentro y que no tenía con quien descargar. Sacó un latigazo cruzado de zurda que pegó en la base del segundo palo de Calviño y se metió.

En el vestuario, Azconzábal le debe haber dado un buen revulsivo a sus jugadores. Además, mandó a la cancha a Díaz en lugar de Imbert. Enseguida se notó un cambio de actitud en el “decano”. Gómez bajó unos metros, se metió en el partido y levantó su nivel. Acosta, en vez de quedarse estacionado en la banda izquierda, se vistió decididamente de enganche y condujo la reacción. El “Bebé” vio a Menéndez huérfano de marca en el vértice derecho del área y sacó un centro preciso para que el ex Independiente defina con un cabezazo ante un Galanternik que, como decían los viejos relatores, salió a cazar mariposas.

El partido levantó definitivamente. Se hizo entretenido y cada equipo tuvo sus ocasiones para desnivelar. Pero fue Atlético, más bien Díaz, quien no falló cuando tuvo la suya. Salió a presionar al central Medina, quien se hizo un nudo con la pelota cedida por su arquero. El ex Lanús, implacable, facturó de derecha, cuando quedaba apenas un cuarto de hora. Y el racimo que se armó sobre él goleador en el festejo, con suplentes incluidos, dejó en claro de lo que se trataba: Atlético está más vivo que nunca. En dos semanas se sabrá el final de esta historia.

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