24 Noviembre 2014
CONTRA LOS TERRORISTAS. Fuerzas de seguridad iraquíes y milicianos chiítas, durante un despliegue de seguridad en Saadiyah, al norte de Bagdad. reuters
BAGDAD.- Soldados iraquíes respaldados por milicianos chiíes y fuerzas peshmerga kurdas atacaron ayer dos pueblos al noreste de Bagdad controlados por combatientes del Estado Islámico (ISIS), intentando despejar un camino que une a la capital con la frontera con Irán.
Oficiales peshmerga y del Ejército dijeron que avanzaron hacia Jalawla, a 115 km de Bagdad, y el cercano pueblo de Saadiya, que tratan de arrebatar al ISIS desde que los islamistas radicales lo capturaron en agosto.
Diez soldados, peshmerga y milicianos murieron y 32 resultaron heridos en los enfrentamientos de ayer, dijo una fuente del hospital Khanaqin. No se conocieron las cifras de bajas de los combatientes yihadistas.
El Gobierno de Irak, liderado por chiíes, intenta rechazar al Estado Islámico -con la ayuda de ataques aéreos liderados por EEUU- desde que el grupo radical avanzó a través de las provincias del norte del país en junio, de población mayoritariamente sunní, virtualmente sin hallar resistencia.
Al respecto, EEUU planea comprar armas para las tribus sunníes en Irak, incluidos fusiles AK-47, lanzagranadas y rondas de mortero para la lucha contra los milicianos del Estado Islámico en la provincia de Anbar, según un documento del Pentágono preparado para el Congreso.
El plan de gastar U$S 24,1 millones representa una pequeña fracción de la solicitud al Congreso de U$S 1.600 millones para entrenar y armar a las fuerzas iraquíes y kurdas.
“No armar a los combatientes tribales seguirá dejando a las tribus que se oponen al ISIS reacias a enfrentarlos activamente”, dice el documento, usando la sigla del grupo que controla grandes zonas de Siria e Irak y está ganando territorio en Anbar, a pesar de tres meses de ataques aéreos liderados por EEUU.
Derribo
En tanto, combatientes de la milicia radical Estado Islámico derribaron un avión de combate del régimen sirio en la provincia de Deir al Sour, cerca de la frontera Siria con Irak, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Tras el derribo del avión hubo durante la noche 20 ataques aéreos.
En otro orden, el jefe de la inteligencia nacional de Alemania, Hans-Georg Maassen, reveló en Berlín que aumentó la cantidad de alemanes que luchan junto a milicianos del ISIS en Siria e Irak: llegan a 550 y 180 han regresado, afirmó (Reuters)
Oficiales peshmerga y del Ejército dijeron que avanzaron hacia Jalawla, a 115 km de Bagdad, y el cercano pueblo de Saadiya, que tratan de arrebatar al ISIS desde que los islamistas radicales lo capturaron en agosto.
Diez soldados, peshmerga y milicianos murieron y 32 resultaron heridos en los enfrentamientos de ayer, dijo una fuente del hospital Khanaqin. No se conocieron las cifras de bajas de los combatientes yihadistas.
El Gobierno de Irak, liderado por chiíes, intenta rechazar al Estado Islámico -con la ayuda de ataques aéreos liderados por EEUU- desde que el grupo radical avanzó a través de las provincias del norte del país en junio, de población mayoritariamente sunní, virtualmente sin hallar resistencia.
Al respecto, EEUU planea comprar armas para las tribus sunníes en Irak, incluidos fusiles AK-47, lanzagranadas y rondas de mortero para la lucha contra los milicianos del Estado Islámico en la provincia de Anbar, según un documento del Pentágono preparado para el Congreso.
El plan de gastar U$S 24,1 millones representa una pequeña fracción de la solicitud al Congreso de U$S 1.600 millones para entrenar y armar a las fuerzas iraquíes y kurdas.
“No armar a los combatientes tribales seguirá dejando a las tribus que se oponen al ISIS reacias a enfrentarlos activamente”, dice el documento, usando la sigla del grupo que controla grandes zonas de Siria e Irak y está ganando territorio en Anbar, a pesar de tres meses de ataques aéreos liderados por EEUU.
Derribo
En tanto, combatientes de la milicia radical Estado Islámico derribaron un avión de combate del régimen sirio en la provincia de Deir al Sour, cerca de la frontera Siria con Irak, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Tras el derribo del avión hubo durante la noche 20 ataques aéreos.
En otro orden, el jefe de la inteligencia nacional de Alemania, Hans-Georg Maassen, reveló en Berlín que aumentó la cantidad de alemanes que luchan junto a milicianos del ISIS en Siria e Irak: llegan a 550 y 180 han regresado, afirmó (Reuters)
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