Angeloz le ganó la pelea interna a León

Angeloz le ganó la pelea interna a León

En 1988, los radicales eligieron los candidatos presidenciales en comicios internos. Cambios en la propuesta. Renovación ideológica e ideario tradicional en pugna.

Angeloz le ganó la pelea interna a León
La derrota electoral del 6 de septiembre de 1987 sumió en una crisis al radicalismo. El cuadro de situación no podía ser peor. La UCR perdió la iniciativa y exacerbó la ambición de poder del peronismo, que buscaba la revancha tras la derrota de 1983.

La inflación se desbocó, crecieron los conflictos sociales por reclamos salariales, el déficit fiscal trepó sin pausas y decayó la calidad de la prestación de los servicios públicos. Existía descontento dentro del partido con la política económica, que había incidido negativamente en el humor social. Alfonsín, no obstante, ratificó el rumbo y eligió al gobernador cordobés Eduardo Angeloz como el candidato natural de la UCR para los comicios presidenciales de 1989. Entre los disidentes con la directriz del gobierno, sobresalía el chaqueño Luis León, jefe del Movimiento de Afirmación Yrigoyenista.

En el ámbito tucumano, los radicales compartían mayoritariamente la gestión de Alfonsín, de cuyo gabinete formaba parte Rubén Chebaia, como secretario de Desarrollo Regional.

A las urnas

La elección interna quedó firme para el domingo 3 de julio de 1988. Los radicales acudirían a las urnas para designar el binomio presidencial después de 16 años. La última vez que lo habían hecho, fue cuando confrontaron Ricardo Balbín-Eduardo Gamond y Alfonsín-Conrado Storani. En 1983, Fernando de la Rúa y Carlos Perette desistieron de competir contra Alfonsín-Víctor Martínez. En junio del 88, la convención nacional del partido aprobó la plataforma electoral para los comicios de 1989.

El diagnóstico elaborado en 1983 había sido modificado. Abundaban conceptos como privatización, participación del capital privado, desmonopolización y achicamiento del aparato estatal (Ana Victoria Persello, Historia del radicalismo, Buenos Aires, Edhasa, 2007). Se conciliaron, así, ideas del alfonsinismo y de Angeloz. León reclamó la renuncia del ministro Juan Sourrouille y calificó de horrible el dictamen de la mayoría. Sus convencionales perdieron la votación. Había propuesto lineamientos basados en la tradición partidaria, más cercana al estatismo.

La apatía

Antes de llegar a Tucumán, Angeloz le declaró a LA GACETA que la votación de 1989 era crucial para el futuro del país. Mi propuesta es democracia y desarrollo, planteó. El Plan Austral bajó la inflación al 1, 7% en 1985. Lo señalo porque en un tiempo se habló de inflación cero y se terminó con el 1.000% en 1974, desafió, al comparar el presente con la gestión del ministro José Gelbard. Admitió, con todo, que debían hacerse ajustes estructurales al Plan Austral. En el acto del 3 de junio en el club Huracán, Angeloz acusó al gobierno peronista de haber olvidado los grandes temas entre 1973 -76.

En la dirigencia partidaria cundió la preocupación porque el estadio no se llenó. Unos explicaron que la baja participación se debió a la ausencia de un contrincante de fuste. Otros alegaron que no se dirimían puestos electivos. En suma, Angeloz no entusiasmaba. El Movimiento de Trabajadores Radicales (MTR) se identificó con el chaqueño. Según su vocero Gumersindo Parajón, el mensaje de Angeloz no llega al mundo del trabajo. En cambio, León interpreta más el pensamiento histórico del radicalismo. León, en su paso por Tucumán, afirmó que hacer política es interpretar al pueblo y no a los cogollos (selectos) de la cima del partido que fueron responsables del 6 de septiembre.

Los datos

El escrutinio de la elección del 3 julio reveló que en Tucumán el dúo Angeloz-Juan Manuel Casella obtuvo 37.789 contra 3.349 de León-Carlos Yeregui (Movimiento de Bases Radicales). Angeloz consiguió el 89% de adhesiones en la república.

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