Por LA GACETA
21 Noviembre 2014
El exceso de velocidad y la imprudencia son dos de las causas de las tragedias viales que acontecen especialmente en las rutas. La Cuesta del 25, ubicada en la ruta N° 9, entre los kilómetros 1.314 y 1.321, es uno de los tramos donde se registran con frecuencia accidentes. En un intento de lograr un descenso en las colisiones, en 2012, Vialidad Nacional comenzó a construir un tercer carril en las subidas, entre el final de la autopista, ubicado casi junto a la entrada a El Cadillal, y el empalme con la ruta provincia 341 (acceso a Tapia). De modo tal que aquellos que circulen de sur a norte accedan a la trocha extra, desde el fin de la autopista hasta la parte más alta de la Cuesta.
El acceso a Tapia, donde se empalma con la ruta N° 341, que conduce a Raco y El Siambón, es uno de los puntos peligrosos porque se debía esperar en la banquina para poder girar a la izquierda en ese tramo donde la alta velocidad es frecuente. Esta acción podía ocasionar los llamados accidentes de cola.
Se estimó en Vialidad que en cinco meses aproximadamente estarán concluidos los trabajos que se están realizando en ese cruce. El responsable en Tucumán de esa repartición nacional dijo que el tipo de cruce elegido fue el de intersección canalizada, en el cual se asignan carriles específicos para cada tipo de movimiento.
Afirmó que la gente viene reclamando esta obra desde hace tiempo. “Estamos trabajando para solucionar muchas de las cuestiones pendientes que tienen que ver con la seguridad vial; que hoy estén sin solucionar es consecuencia de la escasa inversión que hubo en la década de los ‘90”, sostuvo.
El funcionario también adelantó que se halla en licitación la obra para solucionar el cruce de la ruta 9 con la provincial 306, en la zona de San Andrés, conocido como “cruce de la muerte”, en el que se registran a menudo accidentes trágicos. Dijo también que se está construyendo una rotonda en la intersección de la ruta 9 con el acceso a Trancas.
Sin duda, estas obras largamente esperadas son positivas. La que se lleva adelante en el cruce de las rutas N° 9 y N° 341, es especialmente importante porque forma parte del circuito turístico chico (Tapia, Raco, Siambón, La Sala, San Javier, Villa Nougués). El visitante, que no está al tanto de la peligrosidad de esa intersección, puede sufrir un accidente.
Alguna vez, un lector sugirió que podía instalarse en el lugar un complejo semaforizado, como una posible solución en tanto y en cuando este fuese respetado, o que hubiese un puesto de control, además de iluminación. Siguen siendo alternativas probables que mal no vendrían en el afán de preservar la vida de los viajeros.
Una buena parte de los conductores tucumanos se caracteriza por transgredir las normas viales. Sería positivo si se diseñara una política de Estado en materia de seguridad vial, que lograra evitar, por ejemplo, los accidentes con las rastras cañeras, cuya circulación tal vez debería prohibirse en horario nocturno porque es cuando mayor cantidad de percances acontecen. Si bien es importante la fluidez del tránsito en las rutas, mucho más lo es la seguridad. Se podría consultar o intercambiar ideas con otras provincias para mejorar el control y evitar heridos y muertos viales. “La vida es una gran carretera con un montón de señales. Entonces, cuando viajes por los carriles, no compliques tu mente”, afirmaba el músico Bob Marley.
El acceso a Tapia, donde se empalma con la ruta N° 341, que conduce a Raco y El Siambón, es uno de los puntos peligrosos porque se debía esperar en la banquina para poder girar a la izquierda en ese tramo donde la alta velocidad es frecuente. Esta acción podía ocasionar los llamados accidentes de cola.
Se estimó en Vialidad que en cinco meses aproximadamente estarán concluidos los trabajos que se están realizando en ese cruce. El responsable en Tucumán de esa repartición nacional dijo que el tipo de cruce elegido fue el de intersección canalizada, en el cual se asignan carriles específicos para cada tipo de movimiento.
Afirmó que la gente viene reclamando esta obra desde hace tiempo. “Estamos trabajando para solucionar muchas de las cuestiones pendientes que tienen que ver con la seguridad vial; que hoy estén sin solucionar es consecuencia de la escasa inversión que hubo en la década de los ‘90”, sostuvo.
El funcionario también adelantó que se halla en licitación la obra para solucionar el cruce de la ruta 9 con la provincial 306, en la zona de San Andrés, conocido como “cruce de la muerte”, en el que se registran a menudo accidentes trágicos. Dijo también que se está construyendo una rotonda en la intersección de la ruta 9 con el acceso a Trancas.
Sin duda, estas obras largamente esperadas son positivas. La que se lleva adelante en el cruce de las rutas N° 9 y N° 341, es especialmente importante porque forma parte del circuito turístico chico (Tapia, Raco, Siambón, La Sala, San Javier, Villa Nougués). El visitante, que no está al tanto de la peligrosidad de esa intersección, puede sufrir un accidente.
Alguna vez, un lector sugirió que podía instalarse en el lugar un complejo semaforizado, como una posible solución en tanto y en cuando este fuese respetado, o que hubiese un puesto de control, además de iluminación. Siguen siendo alternativas probables que mal no vendrían en el afán de preservar la vida de los viajeros.
Una buena parte de los conductores tucumanos se caracteriza por transgredir las normas viales. Sería positivo si se diseñara una política de Estado en materia de seguridad vial, que lograra evitar, por ejemplo, los accidentes con las rastras cañeras, cuya circulación tal vez debería prohibirse en horario nocturno porque es cuando mayor cantidad de percances acontecen. Si bien es importante la fluidez del tránsito en las rutas, mucho más lo es la seguridad. Se podría consultar o intercambiar ideas con otras provincias para mejorar el control y evitar heridos y muertos viales. “La vida es una gran carretera con un montón de señales. Entonces, cuando viajes por los carriles, no compliques tu mente”, afirmaba el músico Bob Marley.
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