La salida del Monumental fue con corridas y represión policial

La salida del Monumental fue con corridas y represión policial

La era del latigazo sobrevino a un nuevo tropiezo de Atlético en su cancha.

BARRERA DE CONTENCIÓN. Miembros de infantería de la Policía y de la caballería comienzan despejar la calle Bolivia. Allí se produjeron los incidentes más graves. BARRERA DE CONTENCIÓN. Miembros de infantería de la Policía y de la caballería comienzan despejar la calle Bolivia. Allí se produjeron los incidentes más graves.
17 Noviembre 2014
El pésimo presente del equipo no justifica semejante reacción. Al finalizar el encuentro, socios y plateistas de Atlético se agolparon en la zona de los vestuarios para expresar su bronca. Y lo hicieron de la peor manera: arrojando piedras y enfrentándose a la Policía que, una vez más demostró que no está a la altura de las circunstancias al reprimir a diestra y siniestra.

El clima, de turbio, pasó a estar en llamas. La gente se agolpó y siguió con los cánticos reprobatorios hacia los jugadores primero y después hacia el presidente Mario Leito. Al directivo le pidieron a viva voz que diera la cara y que presente su renuncia al considerarlo responsable de este fracaso. “No haber logrado uno de los cinco ascenso es lo mismo que haber descendido”, resumió Rolo Marín, músico y fanático de los “decanos”.

Lo mismo le pidieron a los jugadores, pero nada. Después de casi media hora de espera, apareció Juan Manuel Azconzábal por esa pequeña recta de no más de ocho metros que separan el vestuario local con la zona mixta donde normalmente hablan los protagonistas. Con el “Vasco” no era la bronca. Pasó en silencio el entrenador pero aplaudido y recibiendo apoyo de los indignados.

Habiendo pasado tanto tiempo, la policía apresuró el paso y comenzó a desalojar, primero, las escaleras que lindan hacia el galón del club, el punto de encuentro de la prensa y los futbolistas. Previo a que la fuerza barriera la zona, surgió una lluvia de botellazos y piedras hacia los uniformados que bloqueaban las vallas.

La alerta, de naranja, pasó a roja. Fue entonces cuando un grupo de simpatizantes desapareció de la cancha y se dirigió hacia la esquina de calles 25 de Mayo y Bolivia. Querían interceptar a los jugadores por la puerta trasera del predio. Los más violentos se armaron con piedras que levantaron de un descampado y lanzaron un par hacia los policías. Esa fue la gota de rebalsó el vaso. Los uniformados dispararon balas de gomas y comenzaron las corridas.

La caballería se las agarró con varios hinchas. Los calmaron a latigazos limpios. Un desconocido cayó en medio de un grupo y recibió bastonazos a roletes. Los incidentes siguieron por Bolivia hacia Muñecas. Integrantes de la caballería arrinconaron a una pareja con un menor, les tiraron el caballo. Y uno de esos uniformados amenazó al camarógrafo de LA GACETA. “Si seguís filmando te hago cagar”, intimó, látigo en mano. Sangre, balas de goma, golpes, gente lastimada y corridas varias decoraron una noche negra en Atlético que terminó como si fuera la era del latigazo.

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