Aula al aire libre en “La Caldera”

Aula al aire libre en “La Caldera”

Los M-10 de Lince aprendieron en la cancha

ENTUSIASTAS. En la tribuna, el grupo de Lince aguantó el sol fuerte y la alta temperatura; tal cual lo hicieron los jugadores.  ENTUSIASTAS. En la tribuna, el grupo de Lince aguantó el sol fuerte y la alta temperatura; tal cual lo hicieron los jugadores.
Vale la comparación: en el universo de la ovalada argentina, “La Caldera” del parque 9 de Julio es como Harvard. Claro que con sólo un aula al aire libre, sin las mismas comodidades de la prestigiosa universidad que, eso sí, no debe vivir las emociones que se vivieron, viven y vivirán en la cancha de Tucumán Lawn Tennis. En el campo “benjamín”, el aire está acondicionado siempre, pero como la naturaleza manda y, esta vez, a diferencia del debut ante Alto Valle, estaba regulado en cálido-seco, muy diferente al lluvioso- húmedo de hace dos semanas.

Las condiciones sedujeron más a los tucumanos y, sobre todo, fueron más aptas para que los chicos volvieran a ser uno de los motorcitos de aliento. La división M-10 de Lince fue la protagonista en el triunfo de Tucumán sobre Rosario. Ellos portaron la única bandera en la tribuna Este, la que recibió los rayos del sol durante todo el partido. Ahí se apostaron los infantiles “linceros” junto a sus entrenadores. “Lo que ven acá tratan de hacerlo en los entrenamientos. Se animan mucho más. Tiran sombreritos, tacklean más”, reconoció Omar Balbo. Entonces, por el desarrollo del partido, los M-10 de Lince van a emplear mucho el pie en el próximo entrenamiento, porque la ovalada recorrió varios metros por el aire. “No soy muy amigo de los sombreritos, por ejemplo. Es una cuestión de estilos, este tiene que ver con ciertos riesgos y responsabilidades”, analizó. Balbo, como buen formador, sabe que a la edad de sus dirigidos se explora y descubre el juego. “Obviamente, no se les puede decir que no lo hagan”, reconoce.

La misma acertada libertad que les dan desde el cuerpo técnico, tuvieron los chicos cuando terminó el partido. El grupo ingresó al campo de juego saltando el característico arbusto que rodea la cancha “benjamín”.

Si bien el objetivo era saludar a los jugadores, los chicos modificaron velozmente la meta. “Vamos a apoyar el try”, gritó uno. Masivamente se unieron y terminaron tendidos en el césped del ingoal que da a la calle interna del parque. Habían sumado cinco puntos con la ovalada imaginaria. “El partido fue bastante lindo. Pasaron mucho la pelota, tacklearon bien y corrieron siempre para adelante”, dictaminó Hernán Barragán. La mayoría quedó impactado por el gran despliegue del apertura “verdinegro” Juan León Novillo. “Saludé al apertura y al fullback”, comentó Álvaro Aguirre, que puso también a Julián Fornaciari entre sus predilectos. Lautaro Barraza quedó encandilado por el brillo de Novillo. “Cuando lo saludé le dije que jugó muy bien y quería ser como él”, reconoció el rugbista en ese aula al aire libre que volverá a abrirse dentro dos semanas.

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