Kicillof insistirá con el control a los buitres

Kicillof insistirá con el control a los buitres

El ministro de Economía volvió a reclamar que el foro internacional incluya en los debates el conflicto con los holdouts, por los bonos en default. Reforzará su pedido para que los mandatarios de los países que intervienen en el encuentro avalen hoy, en la declaración final, la creación de un marco jurídico internacional que regule las reestructuraciones de deuda soberana.

GESTO PERONISTA. Kicillof (ubicado a la derecha, en el primer escalón) sorprendió al posar con los dedos en forma de “V”, en la fotografía conjunta con los mandatarios de los países del G-20. foto de presidencia de la nación GESTO PERONISTA. Kicillof (ubicado a la derecha, en el primer escalón) sorprendió al posar con los dedos en forma de “V”, en la fotografía conjunta con los mandatarios de los países del G-20. foto de presidencia de la nación
16 Noviembre 2014
BRISBANE, Australia.- El ministro de Economía, Axel Kicillof, afirmó que la Cumbre del G-20 no eludirá la controversia generada por el reclamo de los fondos buitres, al tiempo que espera obtener apoyo del foro internacional para modificar procesos de reestructuración de deuda soberana. En el marco de la reunión de líderes de las 19 naciones desarrolladas y emergentes del mundo y de la Unión Europea (UE) -que comenzó ayer en Australia y que finalizará hoy- el funcionario advirtió que en el encuentro hay muchos países que tienen cerca del 100% su relación deuda-Producto Bruto Interno.“Cuando uno habla de reestructuración, evidentemente aparece el conflicto con los fondos buitres, porque donde hay una reestructuración hay un enjambre de buitres esperando. Son una plaga mundial”, cuestionó el jefe del Palacio de Hacienda.

Durante una conferencia de prensa en la ciudad de Brisbane, donde se desarrolla el encuentro, el funcionario apuntó, para reforzar su propuesta, que la crisis financiera global “empieza con un problema de deuda, sigue con un problema de deuda y transcurre con un problema de deuda”. Kicillof viajó a Australia para representar en la cumbre, junto al canciller, Héctor Timerman, a la presidenta Cristina Fernández, quien se recupera de una infección intestinal.

Según el ministro de Economía, en ala reunión de mandatarios hay una preocupación generalizada por el proceso de reestructuración de deuda, y señaló que esa posición quedó reflejada en el pedido que presentaron Brasil y Francia para que el asunto se incluya en la declaración final del G-20.

Además, se refirió a los intentos del Fondo Monetario Internacional (FMI) por definir un marco que resuelva los reclamos de los bonistas no reestructurados. “Hay muchos que piensan que la solución puede estar en el FMI o que puede estar en los cambios de los contratos. Nosotros celebramos que se propongan diversas soluciones, pero nos parece insuficiente”, manifestó.

Sin embargo, el titular del Palacio de Hacienda consideró que se necesita instrumentar algún mecanismo internacional “para evitar que el ataque de los fondos buitre se reproduzca”.

El Gobierno nacional busca que el G-20 respalde la necesidad de avanzar con un proyecto que promueva un marco jurídico multilateral sobre los procesos de reestructuración de deudas públicas. No obstante, la misión de los Kicillof y de Timerman no será fácil porque el plenario de las Naciones Unidas apoyó, por amplia mayoría, la propuesta de avanzar con un acuerdo multilateral. Sin embargo, la iniciativa chocó con la negativa de Estados Unidos, de Alemania, de Inglaterra, de Japón y de Canadá.

La economía global

Kicillof también destacó la preocupación que reflejaron los discursos de los mandatarios por el lento crecimiento de la actividad económica mundial. “Se hizo un análisis de la situación para darle impulso a una economía que se encuentra débil, y que no crece”, señaló el funcionario, quien habló con la prensa acompañado por Timerman.

El ministro comentó que un representante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informó que el comercio internacional marcha a la mitad de la velocidad esperada, y que las inversiones crecen un 40% por debajo del nivel anterior a la crisis global. “Y en Europa, un 80% por debajo”, precisó.

El funcionario destacó que, aunque la preocupación es común en todos los países, aún persisten dos visiones sobre cómo debe ser la salida de la crisis. “Una, vinculada a la oferta y a la consolidación fiscal que, en realidad, es el eufemismo que le han puesto a la cuestión de ajustar las cuentas públicas. La otra está enfocada en incrementar la demanda agregada, y en una expansión que venga más desde el gasto y de la inversión en infraestructura. Esto es una tensión mundial que se refleja en el G-20”, explicó. En su opinión, seis años después de la crisis financiera internacional, que comenzó en 2008, las medidas globales no dieron resultado. “Se ha hecho un salvataje del sector financiero que ahora descubrimos que no está canalizándose a la inversión, sino que la inversión privada no reacciona. No sólo no se ha reactivado la economía, sino que está en franca desaceleración”, subrayó.

En otro orden, Kicillof sorprendió cuando, al momento de la foto de familia, para la cual posaron los 33 representantes de los países del G-20, saludó con la “V” de la victoria en sus manos. (DyN-DPA)

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