Pablo Iglesias, el profesor que se transformó en líder

Pablo Iglesias, el profesor que se transformó en líder

Por Sara Barderas - Columnista DPA.

CONTESTARIO. Pablo Iglesias fue catedrático de la Complutense. reuters CONTESTARIO. Pablo Iglesias fue catedrático de la Complutense. reuters
16 Noviembre 2014
Pablo Iglesias era hace un año un “chaval con coleta” que en tertulias de televisión se peleaba con políticos de segunda fila del Partido Popular (PP) y del Partido Socialista (PSOE). Hoy, la lucha la entabla directamente con sus máximos líderes, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y tiene opciones de ganarla. Pablo Iglesias es a sus 36 años el epicentro del terremoto Podemos, un fenómeno político sin precedentes en la historia de España. Montó un partido de la nada junto a otros profesores universitarios y politólogos, logró 1,2 millones de votos y cinco eurodiputados en las elecciones europeas de mayo y ha conducido a la formación -de forma oficiosa hasta su proclamación de ayer como secretario general- a consolidarse como tercera fuerza; en solo diez meses.

Podemos no solo pisa los talones al PP y al PSOE en estimación de voto: en intención directa, es ya la primera, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, que es el estudio con mayor reputación en España. Hay quien cree que llegará a La Moncloa y sacará a España de la crisis en la que se encuentra sumida, que no es solo económica, sino también institucional y quizá sistémica. Hay quien piensa que de llegar hará de ella una Venezuela chavista. De él se dice lo mejor y lo peor, y ese es su gran logro: todo mundo conoce a Pablo Iglesias.

La lucha con Rajoy y Sánchez saltará de las encuestas a la realidad, en las elecciones generales de 2015, de las que saldrá el nuevo jefe del gobierno. “Nuestro objetivo es ganar las elecciones y gobernar”, dijo en mayo, la noche electoral en la que el partido saltó del banquillo al campo. Sonrieron con condescendencia quienes pensaron que Podemos se deshincharía como un globo. Hoy, esos mismos tiemblan. A Iglesias le han acusado de justificar el terrorismo de ETA, de estar financiado por la Venezuela de Nicolás Maduro y el Ecuador de Rafael Correa, gobiernos a los que como politólogo ha asesorado. Le llaman populista y hablan de él como un mal para España. Nada ha hecho mella. Su popularidad crece.

Los escándalos de corrupción que golpean al PP, al PSOE y a algunos de los que un día fueron grandes personalidades de la política, como el ex presidente catalán Jordi Pujol y el ex ministro y ex director gerente del FMI, Rodrigo Rato, le están haciendo gran parte de la campaña. Iglesias no rebosa precisamente simpatía, pero hace meses empezó a hacerse con el favor de muchos a través de las tertulias en televisión en las que debatía con contundencia y clamaba contra la élite política y económica -”la casta”- sin perder la compostura. En la TV fue fraguando un espacio mediático para Podemos.

Miembro activo del 15-M, saltó a la televisión generalista y caló su discurso tranquilo de mensaje duro contra las élites dirigido a las víctimas de la crisis, que en España de una forma u otra son casi todos menos ellas. Se crió en Vallecas, barrio obrero emblemático de Madrid, en familia socialista que otorgaba a la ideología un papel destacado. Se llama Pablo porque su apellido es Iglesias y sus padres quisieron homenajear al fundador del PSOE. Militó en las Juventudes Comunistas, estudió Ciencias Políticas y Derecho y fue protagonista en los movimientos antiglobalización. Llegó a profesor en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, donde sus clases -cuentan sus defensores- se echan de menos.

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