13 Noviembre 2014
LISTO PARA VOLVER. Guillermo Acosta quiere ayudar para que Atlético reaccione,
Imposibilitado de poder dar una mano en los últimos partidos de Atlético -que perdió el rumbo pero no el objetivo de ascender a Primera-, Guillermo Acosta asegura haberla pasado mal. Muy mal.
“Fue un golpe duro no poder ayudar o, mejor dicho, saber que yo también estaba en condiciones de poder dar una mano”, lo explica un “BB” que hace referencia a la lesión en el pómulo izquierdo que le costó una cirugía y varias fechas alejado de todo contacto con la pelota. Ya en la etapa final de recuperación, el volante ofensivo fue testigo, junto al resto de sus compañeros, de cómo a Héctor Rivoira se le acababa la nafta, hasta que la dirigencia decidió pedirle la renuncia.
“Eso también fue otro golpe duro. No levantamos de la cabeza y eso nos costó a nosotros y también le costó (el puesto) al técnico”, asume también parte de la culpa Guillermo, cuya última participación fue en Misiones, el día del 1-1 con Crucero del Norte, por la fecha 12, cuando Atlético todavía era segundo y estaba a un punto del “colectivero”. El presente es otro hoy. El grupo carga con el peso y la responsabilidad de haber sido protagonista en el corte de cabeza de “Chulo” y, además, perdió toda ventaja con el resto de los equipos que intentan acercarse al quinto lugar de la tabla que actualmente le pertenece. Patronato, su rival del domingo, a las 19.15, es su máximo perseguidor. Tiene 21 puntos, está a uno del “decano” pero con cuatro encuentros por disputar, contra tres que le restan al “decano”, contando el de este fin de semana.
“Debemos pensar en ganarle... No, no, me corrijo, tenemos que ganarle sí o sí”, dice Acosta, sabiendo que no habrá futuro, prácticamente, para su grupo si no se consiguen los tres puntos. “Si ese partido se jugase mañana mismo (por hoy), estoy para jugar o para acompañar desde el lugar que me toque”, afirma el ex Atlético Concepción, intentando subirse a la ola de buena onda que trae la llegada de un nuevo técnico.
“A veces los cambios de aire son buenos. Nos puede hacer bien”, acepta, pero vuelve a corregirse. “El cambio tiene que hacernos bien. Tenemos la oportunidad y no podemos desaprovecharla”.
“Fue un golpe duro no poder ayudar o, mejor dicho, saber que yo también estaba en condiciones de poder dar una mano”, lo explica un “BB” que hace referencia a la lesión en el pómulo izquierdo que le costó una cirugía y varias fechas alejado de todo contacto con la pelota. Ya en la etapa final de recuperación, el volante ofensivo fue testigo, junto al resto de sus compañeros, de cómo a Héctor Rivoira se le acababa la nafta, hasta que la dirigencia decidió pedirle la renuncia.
“Eso también fue otro golpe duro. No levantamos de la cabeza y eso nos costó a nosotros y también le costó (el puesto) al técnico”, asume también parte de la culpa Guillermo, cuya última participación fue en Misiones, el día del 1-1 con Crucero del Norte, por la fecha 12, cuando Atlético todavía era segundo y estaba a un punto del “colectivero”. El presente es otro hoy. El grupo carga con el peso y la responsabilidad de haber sido protagonista en el corte de cabeza de “Chulo” y, además, perdió toda ventaja con el resto de los equipos que intentan acercarse al quinto lugar de la tabla que actualmente le pertenece. Patronato, su rival del domingo, a las 19.15, es su máximo perseguidor. Tiene 21 puntos, está a uno del “decano” pero con cuatro encuentros por disputar, contra tres que le restan al “decano”, contando el de este fin de semana.
“Debemos pensar en ganarle... No, no, me corrijo, tenemos que ganarle sí o sí”, dice Acosta, sabiendo que no habrá futuro, prácticamente, para su grupo si no se consiguen los tres puntos. “Si ese partido se jugase mañana mismo (por hoy), estoy para jugar o para acompañar desde el lugar que me toque”, afirma el ex Atlético Concepción, intentando subirse a la ola de buena onda que trae la llegada de un nuevo técnico.
“A veces los cambios de aire son buenos. Nos puede hacer bien”, acepta, pero vuelve a corregirse. “El cambio tiene que hacernos bien. Tenemos la oportunidad y no podemos desaprovecharla”.
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