Los directivos armaron un escándalo en La Ciudadela

Los directivos armaron un escándalo en La Ciudadela

Las barras de ambos clubes compartieron la misma tribuna, pero se pelearon los dirigentes.

DOLIDOS Y SIN RESPUESTAS. Hinchas “santos” aguardaron la salida del equipo custodiado por los efectivos policiales para demostrar el descontento por no clasificar.  LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI DOLIDOS Y SIN RESPUESTAS. Hinchas “santos” aguardaron la salida del equipo custodiado por los efectivos policiales para demostrar el descontento por no clasificar. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI
10 Noviembre 2014
La Ciudadela es el mundo al revés. Mientras las barras de ambos clubes compartieron la misma tribuna, los que protagonizaron incidentes, en este caso, fueron los directivos de ambos clubes. Un papelón.

Según los santiagueños, Claudio De Camilo detonó la bomba. “Es una vergüenza lo que hizo este directivo, si se lo puede llamar así. Es un cobarde por haberme agredido sin ningún motivo aparente. Voy a denunciarlo penalmente por este hecho que empalidece las excelentes relaciones que existían entre las dos entidades”, le contó a LG Deportiva el presidente de “CC”, Francisco Pece, quien acusó haber recibido un cabezazo en el pómulo.

Después llegó la versión de De Camilo. “No tengo mucho que declarar al respecto. Sólo decir que nosotros a los dirigentes santiagueños les pedimos que no traigan muchas personas y trajeron 100. No se cómo ingresaron. Fui a decir que iban a ingresar como correspondía (20 personas). Que haga la denuncia donde él crea conveniente hacerla pero primero que conteste las cartas documento que le envió el club San Martín para ratificar los agravios hacia la institución”, se defendió De Camilo, sin hacer mención a la supuesta agresión que denunció Pece.

“Él (Pece) no contó que uno de los cinco patovicas que vinieron me agarró de atrás. Entonces, debería ir a la policía a hacer que conste que tengo un traumatismo... La policía se llevó detenido al agresor, que volvió a ingresar cambiándose la remera”, contó el vicepresidente, que igual que Pece destacó la excelente relación que caracterizó hasta ayer a ambos clubes a lo largo de la historia.

“Siempre van a manchar la relación de San Martín cuando alguien quiera faltarle el respeto. No voy a permitir que nadie mancille la imagen de la institución, tanto en la investidura presidencial, vicepresidencial y el resto de las investiduras (sic). El resto formará parte de la vida privada de los seres humanos”, apuntó De Camilo, que fue el más insultado por parte de los fanáticos “santos” más exaltados.

Según fuentes policiales, los directivos santiagueños relataron que después de esa escaramuza se produjo otra pelea con la participación de más directivos de ambos clubes. La denuncia apuntó hasta contra el presidente Oscar Mirkin. Los responsables de seguridad del estadio invitaron a realizar la denuncia formal, paso que hasta el cierre de esta edición no se había concretado.

La Policía informaron de lo ocurrido al fiscal de turno Washington Navarro Dávila, que le pidió a los uniformados documentar todo lo ocurrido en La Ciudadela. Si el directivo santiagueño ratifica la denuncia, es probable que De Camilo deba hacer su descargo en Tribunales.

Después de los incidentes, pero antes de que comience el partido, el vicepresidente de Central Córdoba, Bernardo Abruzzese, se acercó al vestuario del árbitro Federico Guaymás Tornero. Trascendió que fue a solicitarle que suspendiera el partido, medida que el juez rechazó. Por eso se jugó normalmente

Pese a que estaba prohibida su entrada al estadio, unos 150 simpatizantes santiagueños estuvieron en La Ciudadela. Antes compartieron un asado en una remisería ubicada a pocas cuadras del estadio.

El único incidente se registró en la zona de las plateas bajas. Un simpatizante de “CC” festejó el primer gol y sus compañeros de tribuna lo agredieron salvajemente. El infiltrado fue detenido por la Policía por haber violado la veda de público visitante.

Los “santos”, pese a la frustración, no provocaron incidentes. Sí insultaron a los jugadores y a los dirigentes al considerarlos responsables de este enorme fracaso.

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