03 Noviembre 2014
PALMARÉS. Mariela Acotto cantó este año junto a la orquesta de Juan de Dios Filiberto. FOTO TOMADA DE FACEBOOK
Hasta hace siete años, la tucumana Mariela Acotto ejercía con pasión la Psicología y la Docencia, y no se imaginaba que algún día iba a ser identificada como una de las más importantes cantantes de tango de Tucumán y, por qué no, de la Argentina.
Dueña de un estilo muy reconocido dentro del género, como es el arrabalero, o "canyengue", como ella define, la artista exhibe una proyección envidiable. Luego de desarrollar una intensa carrera con músicos locales de renombre, este año tuvo "el placer y el honor" de cantar junto a la Orquesta Juan de Dios Filiberto, en el teatro Mercedes Sosa, en esta capital, ante más de 1.500 personas. También en 2014 fue finalista en el XXI Festival Nacional de Tango, que cada año se realiza aen La Falda, Córdoba. En 2011, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán le otorgó un reconocimiento a su trayectoria en el género.
"Me centro en contar una historia, por lo que es fundamental la interpretación a la hora de cantar, sin olvidar que el fraseo tiene mucho del rock y la balada", comenta. Entre las mujeres que ejecutan el tango, a Mariela le gustan Elba Berón, Nelly Omar, María Graña, Maria Volonté y Adriana Varela. De los varones, sigue a Roberto Goyeneche, a Luis Cardei -"a quien lo descubrí hace poco", resalta- y a Ricardo Lavié.
Está convencida de que Tucumán es una provincia "tanguera" desde siempre. "Cuando comencé a cantar, hace siete años, había una movida interesante pero reducida a pocos lugares y el público versado tanguero era una franja que oscilaba entre los 50 y los 70 años. Ahora esta tendencia se amplió a un público más joven", asegura.
Según Mariela, el género en la Argentina atraviesa una etapa próspera. "El tango es un verdadero embajador de la Argentina a nivel mundial. El tango estuvo postergado y acallado un buen tiempo, por las dictaduras que devastaron hasta sus letras, y mucha poesía tanguera quedó proscripta, lo que genero la difusión de otros géneros musicales. Actualmente, el tango no sólo se difunde en Buenos Aires, sino que pasó a ser un género folclórico de todo nuestro país", subraya.
Reconoce que al principio no le resultó fácil insertarse en el medio, y que ser cantante de tango exige algunos sacrificios. "El músico debe hacer todo: cantar, difundir, vender y producir, y es normal llegar al recital extenuada. Luego te acostumbras a eso, porque son las reglas del juego", remarca.
Al pensar en el futuro, Mariela se propone continuar cantando "en lugares del medio donde valoran al artista y lo respetan", como hace en forma periódica en teatros y tanguerías. "Acabo de regresar de Buenos Aires, adonde fui invitada a cantar en el centro Cultural Eladia Blazquez en Palermo. Próximamente pienso grabar un disco junto a mi compañero y maestro Carlos Podazza, con quien presentamos espectáculos desde hace cuatro años y logramos una mística increíble, según reflejan la prensa en sus críticas y el público que nos sigue", concluye.
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