Los misioneros y el ébola
Casi, de no ser por el ébola, no hubiéramos escuchado hablar de lugares como Sierra Leona, Liberia, Guinea o Nigeria. En Estados Unidos y en Europa la alarma se ha encendido porque llegan algunos misioneros infectados a curarse en “el primer mundo”. “No hay de qué preocuparse” dice Barack Obama, y el miedo cesa. Pero en África la enfermedad está presente hace 30 años junto con la malaria, el cólera y el sida. No es sólo el ébola. Un misionero argentino, el salesiano Jorge Crisafulli, afincado en Sierra Leona hace 20 años dice con un dolor que la humanidad se ha acordado muy tarde de África Occidental, donde hacen falta por lo menos 5.000 agentes sanitarios que se sumen a los pocos que hay. Prácticamente sólo hay médicos cubanos y chinos en esos países y no alcanzan. La proporción es de tres médicos cada 100.000 habitantes.

“La gente tiene miedo y no sale de sus casas, no levanta las cosechas, pierde sus empleos, no paga los salarios ...”, cuenta el padre Jorge. En África la gente no tiene material protector, guantes ni mascarillas ni los trajes que vemos por televisión. Y la necesidad tiene cara de hereje por eso hay lugares donde un bidón de lavandina puede costar 700 dólares, dice el padre.

Son muchos los misioneros argentinos viviendo en África. De Tucumán hay salesianos en cuatro provincias de Angola, varios jóvenes y un sacerdote de la comunidad de San Gerardo en Mozambique, voluntarias de la congregación de Santo Domingo en Benin y médicos y misioneros de la iglesia evangélica de Asunción 650 radicados en Luena, Angola. Todos le ponen el cuerpo a las necesidades del otro desde la mañana hasta la noche. ¿Y vos, cómo podrías ayudar?

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