“Sin el Ipaat no se qué hubiera sido del pequeño productor cañero”

“Sin el Ipaat no se qué hubiera sido del pequeño productor cañero”

31 Octubre 2014
Celso Oscar González es un productor cañero del este tucumano que, por estas horas, se debate entre la alegría por el buen resultado productivo y los rindes que logró en la presente zafra, y la desazón que le causa la situación de quebranto que presenta la actividad.

“Integro una cooperativa, tengo un campo de unos 1.000 surcos, en la zona de Ranchillos y Agua Dulce; soy un pequeño agricultor cañero”, comenzó diciendo durante el diálogo telefónico con LA GACETA Rural. “En materia productiva fue un año fructífero, porque logré muchos kilos de caña y un óptimo rendimiento fabril, que osciló en 12 puntos. Es muy bueno, porque veníamos de un febrero con estrés hídrico. Luego, el clima se estabilizó y tuvimos entre 20 y 25 días con lluvias, lo que posibilitó que las plantas crecieran. De esta manera, los rindes no se afectaron a pesar de los problemas que tuvimos en 2013”, describió.

Pero el precio es la principal preocupación. “Estamos trabajando con un precio de quebranto. Son las reglas de juego de la oferta y la demanda, pero el productor ‘paga el pato’”, señaló. “El problema es la intermediación, porque se quedan con la mayor parte de la torta”, se quejó.

En este punto, calificó de importante la labor que desarrolló el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat).

“El Ipaat fue creado para controlar la exportación de azúcar y la producción de alcohol en la provincia; fue creado para limpiar el mercado. Se dio una lucha cuerpo a cuerpo con los industriales, pero el Instituto controló lo que debía controlar, su gestión fue positiva. Sin el Ipaat no sé qué hubiera sido del pequeño productor; nos estabilizamos porque se exportó el volumen necesario”. “Sí o sí hay que exportar azúcar para no saturar el mercado. Por eso, el rol del Ipaat fue fundamental”, ratificó.

¿Faltan cosas?, consultó nuestro cronista. “Por supuesto”, respondió González. “Queremos charlar, por ejemplo, para ver si se puede implementar un sistema que controle el precio del azúcar. Es cierto que el precio es fijado por el mercado, en función de la oferta y la demanda, pero el pequeño productor necesita vender su azúcar por sus problemas financieros”, señaló. “Sería bueno que el Ipaat pudiera controlar el precio”, opinó.

El pequeño productor destacó la importancia de la reunión que convocó, recientemente, un reconocido industrial cañero de Tucumán, en un hotel ubicado frente al parque 9 de Julio. “Estuvimos los cañeros representados por Ucit, Cactu y los Cañeros Unidos del Este, pero faltaron muchos industriales, al igual que la directiva del CART y los técnicos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc)”, dijo. “Lamentamos esas ausencias, porque la reunión fue para analizar qué podemos hacer para tonificar el precio. La idea es que mejoremos todos los factores de la actividad, para que se tonifique el precio y todos ganemos. Debemos estar unidos, pero los industriales no deben esconder la mano”, reclamó.

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