30 Octubre 2014
Los incrementos salariales han sentido, con fuerza los efectos de la inflación. Pero también, aquellas subas en las remuneraciones han sido menguadas por el impacto del impuesto a las Ganancias. En esas circunstancias, los asalariados argentinos han perdido hasta un 12% del poder adquisitivo de su sueldo, de acuerdo con un trabajo efectuado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
La consultora, dirigida por el economista Nadin Argañaraz, realizó sus proyecciones en base a incrementos salariales de entre 28%, 30 y 32% frente a una inflación cercana al 40%. Llegó a la conclusión que la pérdida del poder adquisitivo, según los casos, sería del 8,6%, 7,1% y 5,7%, sin tomar en cuenta los efectos de la no actualización de Ganancias.
Durante este año, hasta la fecha no se han actualizado mínimos, deducciones ni tramos de las escalas de alícuotas, ni se ha dispuesto la desgravación de alguna cuota del sueldo anual complementario. Si en lo que resta del año no se hace ninguna actualización de alguno de los parámetros del impuesto, se tendrá un aumento de la incidencia del impuesto dentro del salario neto. “Es decir que se sumaría este efecto de pérdida salarial al ocasionado por una inflación superior al aumento nominal acordado en promedio”, remarca.
Resulta interesante descomponer la anterior pérdida tanto por el factor inflación como por el factor impuesto a las ganancias. Así, señala el informe del Iaraf, se aprecia por ejemplo que en el caso de un asalariado con sueldo mensual bruto a 2013 de $ 16.000 y que acordó un incremento nominal del 30% para 2014, la pérdida de poder adquisitivo luego del pago del impuesto sería este año del -9,6%, atribuible un 74% a la inflación y un 26% a la creciente incidencia del impuesto a las Ganancias. De allí los reclamos desde distintos sectores sindicales para la actualización de los parámetros para el cobro de Ganancias.
“A mayor nivel de ingresos, y mayor porcentaje de arreglo de aumento nominal, mayor es la pérdida de poder adquisitivo atribuible al impuesto a las Ganancias”, puntualiza el reporte al que tuvo acceso LA GACETA. Por ejemplo, en el caso de mayor nivel de ingreso aquí considerado ($ 25.000 bruto en 2013) y para el mayor incremento salarial acordado (32%), el impuesto a las Ganancias explica prácticamente la mitad de la pérdida total de poder adquisitivo, siendo la inflación la causante de la otra mitad.
La consultora, dirigida por el economista Nadin Argañaraz, realizó sus proyecciones en base a incrementos salariales de entre 28%, 30 y 32% frente a una inflación cercana al 40%. Llegó a la conclusión que la pérdida del poder adquisitivo, según los casos, sería del 8,6%, 7,1% y 5,7%, sin tomar en cuenta los efectos de la no actualización de Ganancias.
Durante este año, hasta la fecha no se han actualizado mínimos, deducciones ni tramos de las escalas de alícuotas, ni se ha dispuesto la desgravación de alguna cuota del sueldo anual complementario. Si en lo que resta del año no se hace ninguna actualización de alguno de los parámetros del impuesto, se tendrá un aumento de la incidencia del impuesto dentro del salario neto. “Es decir que se sumaría este efecto de pérdida salarial al ocasionado por una inflación superior al aumento nominal acordado en promedio”, remarca.
Resulta interesante descomponer la anterior pérdida tanto por el factor inflación como por el factor impuesto a las ganancias. Así, señala el informe del Iaraf, se aprecia por ejemplo que en el caso de un asalariado con sueldo mensual bruto a 2013 de $ 16.000 y que acordó un incremento nominal del 30% para 2014, la pérdida de poder adquisitivo luego del pago del impuesto sería este año del -9,6%, atribuible un 74% a la inflación y un 26% a la creciente incidencia del impuesto a las Ganancias. De allí los reclamos desde distintos sectores sindicales para la actualización de los parámetros para el cobro de Ganancias.
“A mayor nivel de ingresos, y mayor porcentaje de arreglo de aumento nominal, mayor es la pérdida de poder adquisitivo atribuible al impuesto a las Ganancias”, puntualiza el reporte al que tuvo acceso LA GACETA. Por ejemplo, en el caso de mayor nivel de ingreso aquí considerado ($ 25.000 bruto en 2013) y para el mayor incremento salarial acordado (32%), el impuesto a las Ganancias explica prácticamente la mitad de la pérdida total de poder adquisitivo, siendo la inflación la causante de la otra mitad.
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