En esta escuela, lo que cuenta es la práctica

En esta escuela, lo que cuenta es la práctica

28 Octubre 2014
A los chicos les cuesta estar más de media hora en el aula, en las clases teóricas. Ellos quieren estar en el laboratorio, en los talleres, o en lo que sea que los mantenga con las manos en movimiento. Es que así fueron “programados” los chicos de la Escuela Técnica N° 2 de Tafí Viejo: casi todo lo que aprenden es en base a proyectos, y la teoría aparece como una herramienta más que como un fin en sí mismo.

“Pasamos muchas horas en el laboratorio y la verdad que después nos cuesta tenerlos en el aula. Aprenden de la práctica, y es increíble el entusiasmo que adquieren. Nos exigen un montón, están muy interesados en aprender”, celebra la María Marta Sáez, licenciada en Biotecnología y maestra de enseñanza práctica en el taller de Microbiología.

Con varios proyectos desarrollados en mano (extracción de pectinas en citrus, por ejemplo), la escuela consiguió equipar los talleres y el laboratorio con financiamiento del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET).

La Técnica N° 2, ubicada en Lomas de Tafí, abrió sus puertas en 2011. Por pedido del director, Marcelo Zuccardi, antes de abrir fue transformada en secundaria. Cuenta con dos orientaciones: Ciencias Naturales (seis años) y Técnico en Tecnología de los Alimentos (siete). De la primera orientación egresó la primera camada el año pasado y, de la segunda, los primeros saldrán el año que viene.

Esta escuela piloto es la única secundaria de la provincia con la tecnicatura en Alimentos, y una de las pocas en el país. Es una antesala para continuar en carreras como Bioquímica, Biotecnología, Química, etcétera. De todos modos, los chicos salen preparados para trabajar si así lo eligen.

El intercambio con la vida universitaria es permanente, contó Sáez. Los alumnos acuden a distintas facultades a hacer trabajos prácticos y también están en contacto con estudiantes universitarios. De hecho, en el proceso de elaboración de la cerveza artesanal para celíacos participaron Julián García Molina y Mariano Mauvecín, próximos graduados de Biotecnología. "La ayuda de ellos fue fundamental, porque nos aportaron conocimientos e instrumental que no teníamos en nuestro laboratorio", destacó la docente.

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