Paradojas de la igualdad
Si pasás por una obra en construcción probablemente ni te preguntes cuántas mujeres hay allí. Porque no las hay. Tampoco sería tan difícil contarlas con los dedos de una mano en una empresa que hace obras de ingeniería. Estamos más que acostumbrados a verlas en las salas de enfermería, en las escuelas, en las salitas de jardines de infantes.

Cuando hablamos del avance de las mujeres en el mundo laboral se destacan casos de féminas que ocupan puestos que siempre han sido reservados para los hombres. Y vale preguntarse: ¿es realmente eso lo que nosotras valoramos cuando reclamamos mayor igualdad?

La respuesta no es sencilla. El documental “La paradoja de la igualdad” habla de eso precisamente. Noruega es uno de los países más equitativos en cuestiones de género. Allí donde las mujeres reciben todo tipo de estímulos la brecha se ha profundizado: las noruegas siguen eligiendo “carreras femeninas” (90% de enfermeras son mujeres) y los hombres “carreras masculinas” (90% de ingenieros son hombres). Para ahondar en el tema, el autor del documental entrevista a expertos en todo el mundo. 

Destaca una investigación de la BBC en la que se encuesta a 200.000 personas de 53 países de cuatro continentes. A todos les preguntó en qué les gustaría  más trabajar. Y los resultados mostraron diferencias contundentes: a los hombres les interesan más las cosas físicas, como ingeniería o mecánica. Y las mujeres están más atraídas en trabajar con la gente. El resultado fue idéntico en los 53 países, o sea es igual en Asia, Europa o América. Un verdadero golpe bajo a la variable cultural en temas de género. 

¿Por qué entonces las mujeres de países con menos igualdad sí estudian carreras más tecnológicas que, por ejemplo, las noruegas?, se preguntan en el documental. La respuesta de los entrevistados es esta: en países con libertad de género, como Noruega, eres libre de seguir tus inclinaciones. En un país pobre, sólo esperas conseguir un trabajo.

Y en un país como la Argentina (que juega en mitad de tabla en cuestiones de igualdad de género), ¿qué será lo que pretendemos? Esperamos lo mismo las  mujeres que cualquier hombre: libertad para seguir nuestra vocación, pero sin sufrir la discriminación económica que muchas veces significa elegir una “carrera femenina”.

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