Por Alejandro Klappenbach
27 Octubre 2014
PROFETA EN SU TIERRA. Federer se mostró feliz y emocionado al ganar el torneo.
Una semana más y estamos obligados, otra vez, a apretar F5 en nuestras computadoras y actualizar el currículum de Roger Federer. Con la victoria en Basilea ante el belga David Goffin (6-2 y 6-2), el suizo llegó a 82 títulos en su carrera, 5 en 2014, y se acercó más al serbio Novak Djokovic en la lucha por el número 1 del ranking mundial. “Se vienen semanas interesantes”, adviritió el suizo, quien tiene por delante el Masters 1.000 de París, el Torneo de Maestros de Londres y la final de la Davis ante Francia, para intentar la hazaña de ser el mejor de todos en el cierre de la temporada, por sexta vez en su carrera.
La acumulación de datos y números puede seguir. Basilea es el sexto torneo que Federer ha ganado al menos en seis oportunidades. Previo al festejo, con su triunfo frente a Karlovic en semis, Roger se convirtió en el único en la historia en jugar 11 veces la final de un mismo campeonato. La de ayer fue su definición número 123 y su victoria 988. Faltan apenas 12 para los 1000 partidos ganados…
La nueva larga primavera que Roger se ha (y nos ha) regalado en este maravilloso 2014 tuvo en la actuación frente a Goffin un pico de eficacia y estética de los más altos del año. El triunfo no deja margen de dudas. Y cuando uno entra en los detalles de esos números grandes encuentra unas perlas estadísticas sobresalientes, casi irónicas en un partido de esta categoría y frente a alguien que había ganado 43 de sus últimos 45 partidos: Federer solo perdió 5 puntos con su saque y ganó 18 de los 24 que se jugaron con el segundo servicio de su rival. Así, fue cuestión de poco tiempo, apenas 51 minutos, para que la adoración del público bajara cómplice hacia sus oídos y su corazón. Se lo vio emocionado. Y se entiende. El hombre que con su carisma y sus números construyó la mejor carrera de la historia del tenis, ese mito viviente que a los 33 años parece de 26, ese padre múltiple que es ídolo absoluto en cada rincón del mapa y en cualquier cancha del mundo, es más ídolo y más local aun en Basilea, su torneo, su lugar.
La acumulación de datos y números puede seguir. Basilea es el sexto torneo que Federer ha ganado al menos en seis oportunidades. Previo al festejo, con su triunfo frente a Karlovic en semis, Roger se convirtió en el único en la historia en jugar 11 veces la final de un mismo campeonato. La de ayer fue su definición número 123 y su victoria 988. Faltan apenas 12 para los 1000 partidos ganados…
La nueva larga primavera que Roger se ha (y nos ha) regalado en este maravilloso 2014 tuvo en la actuación frente a Goffin un pico de eficacia y estética de los más altos del año. El triunfo no deja margen de dudas. Y cuando uno entra en los detalles de esos números grandes encuentra unas perlas estadísticas sobresalientes, casi irónicas en un partido de esta categoría y frente a alguien que había ganado 43 de sus últimos 45 partidos: Federer solo perdió 5 puntos con su saque y ganó 18 de los 24 que se jugaron con el segundo servicio de su rival. Así, fue cuestión de poco tiempo, apenas 51 minutos, para que la adoración del público bajara cómplice hacia sus oídos y su corazón. Se lo vio emocionado. Y se entiende. El hombre que con su carisma y sus números construyó la mejor carrera de la historia del tenis, ese mito viviente que a los 33 años parece de 26, ese padre múltiple que es ídolo absoluto en cada rincón del mapa y en cualquier cancha del mundo, es más ídolo y más local aun en Basilea, su torneo, su lugar.
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