Argentina sentirá el ajuste brasileño

Argentina sentirá el ajuste brasileño

Por Daniel Sica - Director de la consultora ABCEB.COM.

26 Octubre 2014
Al margen de quien gane las elecciones en Brasil, lo más probable es que las discusiones de los asuntos bilaterales se posterguen hasta la llegada del nuevo gobierno en la Argentina. Se demorarán negociaciones como la del acuerdo con la Unión Europea (UE), o sobre la industria automotriz. La Argentina enfrentará en 2015 a un Brasil en pleno ajuste económico y con bajo crecimiento.

Gane Dilma Roussef o Aécio Neves, el gigante sudamericano iniciará un cambio en su política económica para recuperar las inversiones, lo que para la Argentina equivale a descartar un aumento de sus exportaciones. Independientemente de quien ocupe el Palacio del Planalto, el ajuste de Brasil significará un nuevo año de bajo crecimiento que, de todos modos, alcanzaría el 1% frente al magro 0,3% previsto para este año.

En los primeros nueve meses de 2014, el intercambio comercial entre ambos países acumula una caída del 21,6%, respecto de igual período de 2013. En septiembre, las ventas a Brasil aumentaron 12,7% y las importaciones presentaron un fuerte retroceso del 36,9%, en un contexto de recesión para ambos países. La actividad comercial tuvo una reducción del 18,2%, que alcanzó los U$S 2.518 millones.

Al margen de quien logre la victoria electoral en Brasil, el Gobierno nacional seguirá concentrado en administrar los desequilibrios internos, especialmente teniendo en cuenta la naturaleza electoral de 2015. Así, el país retrasará un año más las tratativas sobre cuestiones estructurales y fundamentales de la relación bilateral con Brasil. Además, se expondrá al riesgo de perder mercados ya conquistados, si es que Brasil comienza a adoptar una posición más abierta en materia de política comercial.

Si Dilma logra ser reelecta deberá iniciar una corrección de la política económica, aunque es probable que los cambios resulten lentos y no tan profundos. Es posible, ante el reclamo creciente de los empresarios industriales, que se advierta un mayor endurecimiento de las relaciones comerciales con la Argentina, aunque no se espera un cambio drástico en este sentido. Si Neves se impone en la compulsa, la nueva gestión exhibirá una posición más activa sobre la profundidad de los cambios en la política económica. Esto incluirá una mayor independencia del Banco Central, que le permita combatir la inflación de un modo más efectivo (actualmente cercana al 6,5%, techo de la meta oficial) y revisar el gasto público, ampliamente cuestionado.

Un aspecto clave para la Argentina es que Neves se muestra proclive a una mayor apertura comercial de Brasil y considera que el Mercosur no logró nuevos acuerdos. El candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) buscaría sellar nuevos convenios comerciales con la Alianza del Pacífico, con la UE y con Estados Unidos. En resumen, el escenario de Neves presidente es uno de los cambios más rápidos y profundos de política económica en comparación a una reelección de Dilma, y de una actitud más aperturista en materia comercial y de inversiones.

Sin embargo, no es esperable un quiebre de las relaciones con el Mercosur y, en particular, con la Argentina, debido a que estos vínculos seguirán siendo relevantes para que Brasil conserve su rol de líder en la región latinoamericana.

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