Atlético despertó a puro coraje

Atlético despertó a puro coraje

El "Decano" no tuvo fútbol, pero sí corazón para vencer a Independiente (M) sobre el cierre. El resumen.

SE LO EXTRAÑA. Grahl estuvo disperso e incómodo por izquierda y Atlético lo sintió. Si no aparece, el equipo lo siente mucho. SE LO EXTRAÑA. Grahl estuvo disperso e incómodo por izquierda y Atlético lo sintió. Si no aparece, el equipo lo siente mucho.
Si para el hincha era el partido de su vida -sus nervios así lo ratificaban-, para los jugadores de Atlético fue el de la redención. Atlético volvió a brillar en una noche oscura. Volvió a encontrar el camino y no porque fuera una luz con la pelota atada, sino porque nunca dejó de intentar romper dos bloques bien puestos por Independiente Rivadavia, cuyo mejor negocio (por cómo se paró en la cancha) era el empate. Atlético triunfó porque a pesar de sus dificultades y de no encontrar una salida limpia desde atrás con el balón intentó pelearle a la adversidad, a su propia adversidad.

Fue un partido horrible desde lo futbolístico, y emocional al punto del ataque de nervios. Atlético entró bien despierto pero no tuvo suerte en la resolución. Rodríguez tuvo dos claritas y las dos silbaron bajito. Lo suyo era como ir hasta el banco y encontrar la cuenta bancaria sin saldo. El “decano” no tenía fortuna y para colmo el tiempo era su peor enemigo. Entonces llegó el corte de luz a los 22’ y como que después de 20’ de parate volvió a activarse sólo con empuje.

Pero cuando entendió que el fútbol en equipo cotiza, “Pulguita” se asoció con Casáis y sacó un remate rasante que el palo devolvió. Ese intento significó el despertar pero también una señal de alerta al destino, luego de que Rearte también astillara el palo. El complemento fue similar, aunque ahí sí hizo la diferencia Atlético. Puso lo que había que poner Sbuttoni para salvar una pelota. Puso lo que había que poner Menéndez y puso lo que había que poner Leandro Díaz para que Atlético vuelva a sonreír y a ser feliz.

En un primer tiempo suspendido 20’ por un apagón, Atlético abusó del pelotazo culpa de que los mendocinos le cerraron los espacios. Le faltó toque corto y juego asociado al “decano”.

El gol lo hizo Leo Díaz, sí, pero la jugada nació de una corajeada de Franco Sbuttoni y después del empuje de Menéndez. Aplausos para ellos.

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