Se cayó una de las pruebas claves del caso Lebbos

Se cayó una de las pruebas claves del caso Lebbos

No se puede hacer el cotejo de ADN de los pelos hallados en el cuerpo de la víctima porque las muestras no fueron conservadas debidamente El informe del genetista Daniel Corach fue confirmado ayer a la mañana por la bioquímica forense al fiscal López Ávila. La comparación genética de una uña dio negativo.

25 Octubre 2014
En el cuerpo de Paulina Lebbos habían quedado una uña, un pelo entrecano y otro castaño. Pasaron ocho años hasta que un fiscal dispuso que se hiciera una pericia de ADN, y en ese tiempo los cabellos se fueron degradando. Así lo informó el genetista Daniel Corach en el resultado del cotejo: los pelos no se encontraban en condiciones de establecer una compatibilidad con las líneas genéticas de los 12 hombres que habían sido mencionados en las distintas hipótesis que figuran en la causa.

Ayer a la mañana, la bioquímica forense Sara Daives declaró en la fiscalía de Instrucción de la IV° Nominación ante el fiscal Diego López Ávila, y explicó las conclusiones a las que había arribado Corach, según comentaron fuentes judiciales. Es que el genetista había enviado una conclusión técnica, y el representante del ministerio Público quería clarificarla antes de notificar a las partes.

En cuanto a la uña que se había encontrado en el cuerpo de Paulina, el cotejo de ADN dio negativo. Las muestras habían sido cotejadas con la sangre que le habían extraido a Víctor César Soto (ex novio de Paulina), Luis Daniel Olivera (encargado de un camping en El Cadillal), Antonio Maximiliano Gallardo y Roberto Luis Gómez (vinculados por haber tenido, presuntamente, el celular de la víctima luego del crimen), Juan Pedro Jiménez y Jorge Hernán Jiménez (vecinos de Soto), Héctor Gustavo “Gordo” González (referente de la barrabrava de Atlético Tucumán) y su sobrino Héctor Guillermo Ramos, Gabriel Alperovich (hijo del gobernador José Alperovich), Sergio Kaleñuk (hijo de Alberto Kaleñuk, secretario privado del gobernador), el remisero Juan Pedro Cruzado y Roberto Lorenzo Díaz (amigo de Soto).

Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006 y su cuerpo fue encontrado a la vera de la ruta 341, a la altura de la localidad de Tapia. La causa de muerte había sido por compresión manual, es decir que la habían asfixiado con las manos.

“Los pelos estaban deteriorados porque no se los conservó como correspondía. Esta pericia se tendría que haber hecho en 2006, no en 2014. Es una muestra más de la maniobra de encubrimiento que llevó adelante Carlos Albaca, a quien el gobernador le permitió fugarse del Poder Judicial con una jubilación de privilegio. Lo que hizo Albaca es un delito, destruyó pruebas”, afirmó Alberto Lebbos, el padre de Paulina.

El ex fiscal Albaca tuvo a su cargo la investigación entre abril de 2006 y junio de 2013, y se jubiló en agosto de este año acuciado por los pedidos de juicio político por su mal desempeño en el caso Lebbos. “Que nadie salga a declararse inocente porque se destruyó una prueba. Aquí todos tienen que ser investigados hasta que se llegue a la verdad”, manifestó Lebbos.

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