Según Falú, la Corte no puede manejar el Ministerio Público

Según Falú, la Corte no puede manejar el Ministerio Público

“El alto tribunal descuidó la esencia del sistema penal”, dijo el ex ministro y ex diputado El penalista suscribió un proyecto que dará más poder a Jiménez. “No hace falta una reforma constitucional”, opinó

A FAVOR. El ex ministro público Falú, que respaldó la autarquía que reclama Jiménez, en un retrato de 2005. la gaceta / foto de juan pablo sanchez noli A FAVOR. El ex ministro público Falú, que respaldó la autarquía que reclama Jiménez, en un retrato de 2005. la gaceta / foto de juan pablo sanchez noli
25 Octubre 2014
El porqué no es la necesidad de “preparar la impunidad” para los gobernantes que dejarán el poder sino la incapacidad de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán (CSJT) para generar un sistema penal confiable y eficaz. Con este razonamiento, José Ricardo Falú defendió el proyecto oficialista que pretende conferir autarquía al Ministerio Público Fiscal y Pupilar mediante una reforma de la Ley Orgánica de Tribunales. “La Corte es un cuerpo dividido y debilitado, que descuidó la esencia del proceso penal pese a haber recibido recursos económicos como nunca en la historia. En vez de destinar esos fondos a la mejora del servicio, optó por volcarlos en nombramientos de personal”, criticó el ex jefe de Edmundo Jiménez (fue ministro de Gobierno de la gestión de Ramón Bautista Ortega cuando el actual ministro público era secretario de esa cartera).

En su casa y en reposo por una enfermedad rara que padece desde hace casi un año, Falú dijo que los problemas de la Corte (que hoy maneja el presupuesto y el personal del Ministerio Público) y la inseguridad crearon las condiciones para el autogobierno que persigue Jiménez, ex ministro de Gobierno y Justicia histórico de esta gestión. “Es la primera buena noticia institucional que nos da este régimen”, resumió el también ex juez de Corte y ex diputado nacional. Si el proyecto es convertido en ley (como quiere el bloque oficialista), aumentará la tensión entre quienes acusan y defienden, y quienes juzgan, según Falú. “Hoy esas responsabilidades funcionales están diluidas y es necesario deslindarlas. Los fiscales dicen que no investigan porque no tienen las herramientas adecuadas que debe facilitar la Corte. Esto permite que las investigaciones no avancen, y ello queda reflejado en los casos de corrupción y de delitos graves”, arremetió.

Si bien admitió que el proyecto aumenta el poder económico y de superintendencia de Jiménez, también advirtió que la última palabra o firma relativa al juzgamiento es del juez y no del fiscal. “Los beneficios de la autarquía son numerosos en cuanto permiten la asepsia del proceso y la sociedad recibirá sus frutos”, pronosticó el que quizá sea el “padre” del Código Procesal Penal adoptado en 1991.

Este gran cambio no precisa, según su criterio, de una reforma constitucional: “no hace falta porque se trata de la organización judicial, que es de naturaleza legal, y porque la autarquía está prevista en la Constitución Nacional para el Ministerio Público de la Nación. En ese sentido, la legitimidad de la propuesta está asegurada. Insisto en que es sano que haya dos cabezas (Corte y ministro público) para funciones tan distintas como juzgar, y acusar y defender”.

Los hombres pasan...

Falú insistió en que esos roles distintos se encuentran confundidos y que esa situación poco halagüeña será corregida con un Ministerio Público capaz de autogobernarse. “Esta nueva organización permitirá aplicar en plenitud el código procesal de 1991, que no necesita una nueva reforma sino ser cumplido”, expresó. Además, dijo que en teoría era conveniente separar las funciones de acusar y defender -como quiere la Corte-, pero que en este momento ello implicaría generar instituciones escuálidas -Jiménez se manifestó en contra de la creación del Ministerio Público de la Defensa, pese a que tal órgano está previsto en la Constitución Nacional-.

“¿Qué confianza puede tener la sociedad en la Justicia cuando no observa progresos en los casos de corrupción; cuando advierte que ha sido generalizado el uso perverso de los fondos públicos, y cuando percibe que es ostensible la inclinación de fiscales y jueces por el poder político?”, cuestionó. Y volvió sobre la idea de la impunidad: “hoy hay un caldo de cultivo propicio para que los delitos queden sin sanción. Tal vez esta reforma dé poder circunstancial a un ex funcionario del Gobierno, pero no hay que olvidar que los hombres pasan y quedan las instituciones”.

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