Reedición de la novela del escritor tucumano

Reedición de la novela del escritor tucumano

El tema del libro es la búsqueda del sentido de la vida.

NOVELA CALEIDOSCÓPICA. Fabián Soberón describe citas inimaginables, encuentros ocasionales en un bar, viajes, y un asesinato a flor de piel. NOVELA CALEIDOSCÓPICA. Fabián Soberón describe citas inimaginables, encuentros ocasionales en un bar, viajes, y un asesinato a flor de piel.
26 Octubre 2014

Es inusual y muy interesante la forma en que Soberón despliega el relato a través de diferentes personajes jóvenes, todos coincidiendo en la aceptación de una relación en alguna medida sometida a los conocimientos y experiencia de hombres mayores, casi maestros, dueños de importantes caudales de información y con la capacidad de asociarlos para acercarse a la Verdad. No creo que sea casual la coincidencia de estos despliegues de sabiduría por parte del ingeniero, el filólogo, el jefe, el astrólogo, con la búsqueda obsesiva y bastante angustiada de la figura y el destino del padre en la que se embarca Ariel, el personaje principal. En la página 62, por ejemplo, Ariel puede decir: “ahora siento cerca el espíritu de mi padre”. Esa presencia intangible se convierte en el principal significante de su vida, más poderoso incluso que el deseo de Cecilia, a la cual parecen unirlo sobre todo la frustración, los celos y una asombrosa ingenuidad. Ariel es por eso un hombre que repite el esquema del padre perdido: se ha convertido en un ‘perdedor’, ya que la mujer que desea es nada menos que una puta (una perdida) y él sólo uno de los tantos hombres que la rodean; ella encarna en lo concreto lo inalcanzable que el padre simboliza en su imaginación. Porque eso es ‘lo posible’ para él, lo que se le escurre entre los dedos, lo que no puede ser.

La trascendencia universal de la literatura argentina, de lo nacional, revertir las interpretaciones establecidas acerca de las influencias, (Mansilla/Borges/Proust/Mitre, etc.) planteadas en función de datos y elementos de juicio que siempre estuvieron allí pero nadie entendió de ese modo ni usó todavía para dicho fin, son planteos que apuntan a establecer prevalencias y ‘paternidades’, que también aluden al tema de lo que no está, lo que no se hizo y hay que hacer, lo no logrado: encontrar al padre, a la mujer amada. La búsqueda del sentido de la vida, permeada por la frustración, es el tema de esta novela, mientras la duda (¿es un farsante el astrólogo?, ¿es Cecilia una puta?, ¿está su padre vivo? ¿fue un delincuente o un héroe?) lo empozoña todo.

Por otra parte, ese despliegue, muy original, de los personajes jóvenes y sus maestros enriquece y a la vez diluye un poco el texto, que no termina de clavar su eje. Se descubre en la solapa del libro que el autor tiene un rango muy amplio de intereses, frentes muy dispares, que parecen relacionarse con la aparición de esos diferentes ‘discípulos’. Esas actividades de Soberón, tan diversas –que él lleva a una consumación seria y profesional- se relacionan, creo, con este enfoque múltiple de su novela, en la cual la sexualidad por ejemplo, aparece pintada como una obsesión penosa muy distinta del amor. La duda y la búsqueda de la identidad parecen dirigir todos los esfuerzos, y están detrás de esa especie de incertidumbre del anclaje narrativo.

NOVELA: LA CONFERENCIA DE EINSTEIN - Fabián Soberón (UNT - Tucumán) 

(c) LA GACETA

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