"Los señores furtivos”

"Los señores furtivos”

LG Deportiva descubrió una organización que se dedica a extraer peces con redes en el río Salado para ser comercializadas en Banda del Río Salí. La venta ilegal de pescado crece por la falta de controles. Detalles de un negocio que es totalmente ilegal.

“Tenemos sábalos, bagres y dorados. Son del Norte, del río Salado. Por el momento los vendemos los fines de semana. Llegan los viernes… No son congelados, sino frescos, frescos y los pesca una familia…

El señor A, su nombre se mantiene en reserva por cuestiones legales, es vecino de Banda del Río Salí, lugar donde montó un negocio ilegal por donde se lo mire. Revende los pescados que capturan conocidos -podrían ser sus parientes- de manera furtiva en Villa Esperanza, Santiago del Estero y que se transportan desde esa localidad -ubicada a unos 145 kilómetros de nuestra ciudad- sin control sanitario hasta una vivienda del barrio Santo Cristo. Hasta nombre tiene: se llama Los Señores Pescados.

Este negocio nació y creció por la falta de controles. Con redes limpian las aguas del río que nace en Salta y cruza Santiago hasta desembocar en el Paraná, en Santa Fe. Pero la ambición y la codicia les jugó una mala pasada. Los responsables de este comercio no pudieron con la tentación y lo publicitaron en Facebook. Primero fue en una página tucumana de ofertas en la que no sólo dan a conocer los valores de los productos que comercializan, sino que además ofrecen llevárselos a la casa del comprador por $ 15.

Luego crearon el perfil Los Señores Pescados para publicar: “Nuestros Pescados de calidad son extraídos del Río Salado, pasando Villa Nueva Esperanza (para los que no conocen, en ese río no hay contaminación, los pescados son limpios y frescos) (sic)”. Ante la consulta de algunos clientes, en otro mensaje, da con lujo de detalles el valor de los productos que comercializa sin ningún tipo de problema. Hasta utilizaron una imagen falsa, ya que se pueden apreciar dos piezas de sábalos, una de dorado y un pacú, especie que no existe en el Salado.

En el “face” los responsables del comercio publicaron un número de teléfono para hacer encargos y la dirección donde se puede comprarlos, que por cuestiones legales, no pueden ser difundidas. LG Deportiva llamó para averiguar cuán lejos llegaba este negocio. Escudados en la impunidad, el comerciante contó con lujo de detalles su clandestina actividad.

- “Un familiar nuestro se encarga de pescarlos y los mandan para que los vendamos. Son del día, los sacan con las redes a la noche y a las seis de la mañana ya están acá…”

El señor A ofrece vender sábalos, dorados, bagres y “ventudos” (nombre vulgar que reciben las tarariras) desconociendo que en Santiago del Estero, como en nuestra provincia, la pesca comercial está totalmente prohibida. Tampoco se pueden utilizar redes para extraer piezas de los ríos por más que desde hace años se utiliza ese sistema para acabar con los recursos naturales. Y mucho menos trasladarlos sin las hojas de tránsito para garantizar que cumplen con todos los requisitos sanitarios.

Y en este caso no son lugareños que se trasforman en furtivos para alimentarse o mantenerse económicamente. Es una organización que se dedica a la extracción ilegal, al traslado en negro de mercadería entre dos provincias y cuenta con un sistema de distribución muy bien aceitado. En cualquier país del mundo, los que están detrás de esta organización serían condenados por la Justicia. También se generaría un conflicto entre dos estados, ya que una organización destruye los recursos de una para montar en un negocio en otra.

En Tucumán, la Ley de Recursos Naturales Renovables y Áreas Naturales Protegidas establece que está actividad está totalmente prohibida. A los infractores se les secuestrará la mercadería y se le aplicará una multa cuyo valor oscilará entre 10 y 2.500 veces el valor de la licencia de pesca que, en estos momentos, es de $ 30. Es decir, los responsables de Los Señores Pescados tendrían que abonar una infracción de entre $ 300 y $ 75.000. Demasiado poco si se tiene en cuenta el daño que causan. Por eso la venta ilegal de pescados capturados de manera ilegal es un boom en los distintos puntos cardinales de nuestra provincia.

- “Le explico: el sábalo de 3 a 4 kilos sale $ 40, el sábalo de 5 kilos $ 50, el dorado $ 30, que es un regalo, y el bagre el $ 30, el kilo. Vienen grandes y medianitos. Te cuento: llegan el viernes y nosotros a las 7.30 ya los comenzamos a vender...”

“El daño que hace esta gente es increíble. No saben lo que están haciendo. Pero a nosotros no sólo nos importa lo que sacan del río, sino que además es un peligro para la sociedad que los compra sin saber si están en buen estado a o no”, explica Carlos Rivieri, de Flora y Fauna al ser consultado sobre el tema.

La Policía y las servicios de Bromatología de la capital y de otras ciudades no controlan este tipo de negocios y menos los callejeros, a pesar de que desde hace años están instalados en las esquina de avenida Roca y Lincoln, antes y después del puente Lucas Córdoba, por sólo citar algunos.

El vocero de Los Señores Pescados habla de tamaño medianito, pero no dice ni una palabra de los pequeñitos que las redes no discriminan y que, por su bajo valor, terminan siendo descartados. Ni hablar de los grandecitos que son potenciales reproductores, cuya existencia es clave para la conservación de las diferentes especies del Salado.

- “El viernes a las 7.30 comenzamos a vender como dice la página. Te digo que nos quitan de las manos los pescados porque los estamos regalando. Imaginate: nosotros vendemos a $ 40 lo que te cobran entre $ 60 y $ 70. Es más, la gente ya está dejando seña para asegurarse un dorado...”

Al Señor A no le importa ninguna de las normas que están vigentes. A él le interesa vender lo que está prohibido. En Santiago, se puede pescar dorados, pero no sacrificarlos. Lo mismo ocurre en nuestra provincia, cuyos legisladores siguen sin tratar un proyecto de ley para proteger a la especie desde hace ya más de dos años.

Pero aquí el “crimen” de capturarlos con redes es mucho mayor, ya que todas las medidas que se tomaron fueron para evitar que los “amarillos” desaparecieran. Las autoridades están avisadas porque sólo ellos pueden detener esta matanza y proteger la salud de la población.

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