Hay que cuidar la sanidad de la papa del Valle

Hay que cuidar la sanidad de la papa del Valle

E n Tafí del Valle, los productores ya se encuentran trabajando en los preparativos para una nueva siembra de papa semilla, y algunos seguramente ya comenzaron a hacerla. Todo esta tarea termina en una cosecha que se realiza a partir de marzo, para obtener tubérculos que serán destinados a la siembra de lotes de otras explotaciones paperas, dedicadas al consumo en el bajo tucumano y en otras localidades productoras de papa consumo o para industria del país.

Haciendo un poco de historia de cómo se llegó a lograr que el Valle sea una zona semillera de papa de alta calidad y sanidad, nos debemos transportar al año 1968 cuando comenzaron los primeros trabajos agrícolas en altura, que se potenciaron en 1970 con la instalación de un campo para trabajar con “papa semilla”. En esos tiempos, la Argentina las importaba de Holanda, por un total de U$S 30 millones.

La llegada del genetista stoniano, doctor Edward Viirsoo -por gestión del ingeniero José Ploper (padre del actual director técnico de la Eeaoc)-, no sólo ayudó a investigar sino que también instruyó sobre las técnicas extensionistas y sobre el ahorro de la energía.

A través de un trabajo continuo e interdisciplinario de la Eeaoc se verificó que las condiciones ambientales de Tafí del Valle eran excelentes para la producción de semilla de alta sanidad, ya que los lotes mantenían un bajo porcentaje de enfermedades de origen viral, como consecuencia de la ausencia de insectos vectores durante el ciclo vegetativo. La demostración de la capacidad de la región para mantener la sanidad y el vigor de las semillas a través de varias generaciones, sumado a las gestiones políticas y administrativas efectuadas por la Eeaoc, determinó que Tafí del Valle fuera declarado, en 1976, “zona productora de papa fiscalizada” por la Dirección Nacional de Fiscalización Agrícola.

Las crecientes necesidades de los programas de experimentación y promoción para lograr dotar a la zona de otros cultivos y alternativas productivas llevó a concretar la ampliación de la Subestación, que se radicó en 1978 en un predio de mayor extensión donada por un importante productor del valle.

Los años de esfuerzo y sacrificio de productores y técnicos lograron objetivos importantísimos para la zona y para la provincia, y por ende la situación fitosanitaria actual no debe ser descuidada.

Este valle tiene ventajas agroecológicas que permitieron producir tubérculos semillas de calidad y sanidad, y esas ventajas deben mantenerse. Es por ello que la Dirección de Agricultura de Tucumán, organismo de aplicación de la ley provincial de Sanidad Vegetal N° 6.109, exige a los productores dedicados al cultivo de papa semilla el cumplimiento de las resoluciones N° 203/2000 y N° 386/ 2006, que se encuentran en vigencia, referidas a la reglamentación de esta actividad.

Estas normativas, tienen como objetivo preservar al Valle de Tafi como zona productora semillera, y evitar la introducción de organismos nocivos que atenten contra las características fitosanitarias de la zona. Los productores deben entender que cumplir con las normativas es en beneficio del valle y de los paperos del lugar.

La norma dispone la obligatoriedad de inscribir los lotes destinados a la producción de semilla fiscalizada en dependencias de la Dirección, independientemente de la inscripción en el Inase.

Cuidar la zona significa no solo cumplir con la inscripción y el uso de semilla sana sino también que se debe cumplir con las inspecciones correspondientes, para verificar, en toda la zona, el cumplimiento de las normativas anteriormente citadas.

La rotación

El productor papero por suerte entiende que el esfuerzo debe continuar para seguir produciendo semilla de alta sanidad año tras año, y que para ello debe cumplir lo estipulado por la reglamentación actual bajo el monitoreo y la supervisión del Instituto Nacional de Semillas (Inase), la Asociación de Productores de Papa Semilla (Apase), la Eeaoc y la Dirección de Agricultura provincial.

La rotación de los lotes que producen papa debe concretarse cada tres años (dos de descanso), la siembra debe ser en lo posible con semilla básica y certificada por el Inase y eliminar los lotes con plantas voluntarias, o sea las que vienen de años anteriores, porque pueden ser un foco de infección del resto. Además debe seguir implementándose las labores para mantener los planteles de semilla dentro de los porcentajes de virus más bajos posibles.

Es de esperar que la zona siga siendo la que lograron realizar los pioneros de esta actividad y para ello la labor conjunta de los integrantes de esta cadena productiva, pública y privada, debe ser continuada y fortalecida ratificando los convenios que hoy preservan al valle.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios