Los avances sociales, claves del reinado del PT

Los avances sociales, claves del reinado del PT

Los éxitos de los programas en la reducción del hambre y la extrema pobreza permitieron a 31 millones de brasileños salir de la miseria

EN DUQUE DE CAIXAS. La caravana proselitista de Dilma Rousseff se desplazó por gran parte del área metropolitana del Estado de Río de Janeiro. reuters EN DUQUE DE CAIXAS. La caravana proselitista de Dilma Rousseff se desplazó por gran parte del área metropolitana del Estado de Río de Janeiro. reuters
24 Octubre 2014
BRASILIA.- El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil busca conquistar un cuarto mandato consecutivo al frente del gobierno nacional, apoyado en los notorios avances sociales alcanzados en 12 años de gestión. La batalla decisiva para que el partido de izquierda amplíe a 16 años su periodo de Gobierno - que ya es el más largo desde la restauración democrática, en 1985- será disputada el domingo, cuando la actual presidenta, Dilma Rousseff, enfrente al socialdemócrata Aécio Neves en el balotaje.

La principal arma que tiene el PT para contrarrestar los peligros que amenazan su permanencia en el Palacio del Planalto es su logro más sobresaliente: la notable reducción del hambre y la extrema pobreza en el país alcanzada durante sus tres gobiernos.

El avance en el combate a la miseria fue ratificado hace pocos días por el Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), que excluyó a Brasil del “Mapa del Hambre”.

Asimismo, datos oficiales indican que en la última década fueron generados 21 millones de empleos formales, el poder adquisitivo del salario mínimo aumentó un 71 % y 36 millones de brasileños fueron rescatados de la miseria a través de programas como el “Beca Familia” y “Brasil sin Miseria”, entre otros avances.

En contrapartida, los tres mandatos del PT se vieron empañados por denuncias de corrupción, que afectaron tanto al pasado gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva como al de Rousseff, y el deterioro de los índices económicos, que se derrumbaron durante la gestión de esta última.

A esas dos amenazas se suma hoy una mucho más tangible: el inesperado crecimiento de Neves, quien después de asegurarse el pase al balotaje obtuvo el invaluable respaldo explícito de la líder ambientalista Marina Silva, quien quedó tercera en la primera ronda con el 21,29 % de los sufragios válidos.

Al apoyo de Silva se suma el de la fuerza política que la postuló a la Presidencia, el Partido Socialista Brasileño (PSB); el de la su propia agrupación, Red Sostenibilidad (Rede); y el de la mayoría de los partidos que disputaron la primera vuelta.

Pero, en lo que refiere a lo económico, el PT debe remar contra los índices de crecimiento, que llegaron a su apogeo en 2010, con un 7,5 % de expansión, cayeron en forma dramática a lo largo de la gestión de Rousseff, llegaron a 2,3 % en 2013 y para este año el Gobierno augura un casi neutro avance de cerca del 0,9 %. Al mismo tiempo, la inflación golpea el techo establecido por el propio Gobierno, de 6,5 % al año y puede convertirse en un verdadero obstáculo para las aspiraciones de reelección de Rousseff, debido a que afecta directamente el bolsillo de los millones de brasileños que ingresaron en los últimos años a la “nueva clase media”.

Estos nuevos consumidores fueron en buena medida los que entre junio y julio de 2013 protagonizaron multitudinarias protestas en demanda de mejoras en los servicios públicos y por el fin de la corrupción.

En otro orden, los escándalos de corrupción que involucran a líderes históricos del PT, ministros, gobernadores y legisladores, pusieron en jaque el gobierno de Lula, vienen salpicando el de Rousseff en forma cada vez más directa y, lo que es peor, mancharon la aureola de integridad ética con la que el partido fundado por Lula en 1980 llegó al poder en 2003.

El mensalao
El ex mandatario logró salir incólume del llamado escándalo del “mensalao”, que derivó en la prisión de dirigentes emblemáticos del PT.

Rousseff, en tanto, se ve amenazada por una “bomba de tiempo”: las denuncias sobre la existencia de una red de corrupción en Petrobras, que funcionó, según lo denunciado, cuando Lula gobernaba el país y Rousseff, su entonces jefa de Gabinete Civil, presidía el Consejo de Administración de la estatal.

Las denuncias fueron realizadas por un ex director de la petrolera, quien a cambio de obtener reducción en su pena reveló a la Policía la existencia de un esquema de desvío de dinero usado para financiar campañas políticas del PT y aliados.

A horas de los comicios del domingo, Rousseff admitió por primera vez que hubo desvíos de recursos en el ente y se comprometió a hacer todo lo que esté en su mano para resarcir al Estado.

El domingo se sabrá si la “ahijada” política de Lula estará en la Presidencia de la República cuando la bomba estalle para cumplir la promesa de castigar a los protagonistas del fraude y reparar los daños sufridos por la empresa símbolo de Brasil.

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