Las dos caras de Renée
Es posible que únicamente haya sido el paso del tiempo, pero las dos caras de Renée Zellweger, aquella simpática e inolvidable Bridget Jones, conmocionaron. Y como sucede habitualmente, cuando no existe una explicación oficial, el espacio se ocupa con las especulaciones. Porque no se trata, claro está, del caso típico en que una cirugía estética perjudica en lugar de beneficiar, y así nos encontramos ante rostros más “feos” pero juveniles, luego de un lifting, por ejemplo.

¿Y si se tratara, simplemente, de otra persona? El escritor Viv Groskop escribió en su cuenta en Twitter, una frase para la reflexión: “Renée Zellweger: esto no es Botox ni cirugía estética. Es un caso de desaparición”. Es que, ciertamente, la actriz está irreconocible.

Pero basta consultar a algunos expertos en cirugía y rejuvenecimiento, para saber que en el envejecimiento del rostro, la aparición de las arrugas es solo una parte, un aspecto; es un proceso complejo, en el que hay cambios profundos, donde se manifiesta la expresión, hasta convertirse en otro rostro.

La Bridget Jones que conocíamos, data del 2011 y 2004, y la que nos sorprendió fue la de la foto difundida el martes. Apenas 10 años, podría decirse.

El tiempo todo lo construye, todo lo destruye. Se nos pueden ocurrir decenas de “lugares comunes” al respecto, pero, en definitiva, lo que dolió no fue tanto el cambio de Renée Zellweger, sino que se nos haya ido la Bridget Jones que nos había gustado.

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