Festejos, desafíos y el premio que se fue

Festejos, desafíos y el premio que se fue

En la UNT no hay margen para tirar manteca al techo, y mucho menos en ámbitos como la Secretaría de Extensión, donde las auditorías intentan raspar la olla de la fenecida y cuestionada gestión de Mario Leal. En ese contexto le toca al Centro Cultural Virla celebrar los 30 años. Será un festejo austero, pero a la austeridad hay que vestirla de imaginación y buen gusto para que no transite los tonos de gris que suelen teñirla. Alicia Bardón se tomará un respiro y por un rato podrá dejar de pensar en el sillón de YMAD, la reforma que tanto se espera y las siempre inquietas huestes de Adiunt para depositar una cápsula del tiempo en una de las salas del Virla. Será un legado de memoria viva, al que cubrirá un baldosón vidriado, bien a la vista de los visitantes.

Era muy distinta aquella Universidad de octubre de 1984. Otros tiempos. La obra del centro cultural -a cargo de Jorge de Lassaletta- dejó intacta la histórica fachada del edificio que había cobijado los diarios El Orden y El Trópico. Detrás se estructuraron las salas y el auditorio de 305 butacas. En esencia, el Virla está tal y como lo inauguraron hace 30 años. En el medio sólo hubo parches y lavadas de cara, muy poco para un espacio tan transitado.

Al frente del Virla quedó, desde el 1 de octubre, la gestora cultural Viky Ríos. Conocimiento del paño le sobra, teniendo en cuenta que acompañó la gestión de Josefina Andújar en la casa de 25 de Mayo 265. Ríos confía en el respaldo de los artistas, con los que viene trabajando codo a codo desde hace una vida. Lo que necesitará además es línea directa con el secretario Marcelo Mirkin para que a las ideas las sostenga el financiamiento. En ese sentido, cuenta con la confianza de Claudia Epstein, figura importante desde que se emprendió la reestructuración del área.

Así como Ríos afronta un desafío para redefinir el rumbo del Virla, habrá que ver el destino que le espera a un espacio complejo como el del MUNT. ¿Es un museo o un centro cultural? La cuestión identitaria no es menor porque las confusiones devienen en hibridez, lo peor que puede pasarle. En las instalaciones de la que fue años atrás la Escuela de Agricultura funcionan cátedras y se exhiben colecciones del IAM (Instituto de Arqueología y Museo), dependiente de la Facultad de Ciencias Naturales. Son demasiados intereses -cada uno respondiendo a su propio cacique- y la misión de aunarlos es de Elina Valladares. Designada directora administrativa del MUNT desde hace algunos meses, Valladares no la tiene fácil.

Lo llamativo del Tucumán de fines de 2014, y no sólo en el ámbito cultural, es la convivencia entre una etapa primaveral (el rectorado de Bardón) y otra otoñal, casi de confesiones de invierno (el alperovichismo). El Festival de Cine que comienza mañana es relevante para la actual conducción del Ente porque sobre el de 2015, con el cambio de autoridades a la vuelta de la esquina, es mejor no hacer pronósticos.

La novedad de esta edición es la inauguración de la sala Caviglia como espacio Incaa, tema sobre el que teatristas y funcionarios se cansaron de discutir. Digitalizada y lista para exhibir películas, la Caviglia albergará la muestra completa.

El año pasado, la Legislatura colaboró con un premio para el mejor documental, lo que permitió galardonar a los filmes de ficción por otra cuerda. Pero esta vez los legisladores miraron para otro lado y, como en el Juego de la Oca, hubo que retroceder a la casilla anterior. El prestigio que se obtuvo en 2013 al entregar dos premios fue una golondrina, por más que los $ 30.000 de la distinción representen casi una propina entre las insondables millonadas de gastos sociales que nadie sabe dónde van a parar. Habrá un solo premio entonces, y que el jurado se arregle valorando “Relatos salvajes” y “Tapalín” en la misma bolsa.

El Gobierno que venga se topará de entrada con el Septiembre Musical del Bicentenario y con el Festival de Cine y el Mayo de las Letras ídem. ¿Algún candidato pensará en esta clase de cosas? ¿Y en la UNT ya estarán delineando el Julio Cultural de 2016? Como de costumbre, el árbol de la coyuntura tapa bosques, valles y llanuras. Después, cuando descubren que había un pantano, vienen las sorpresas.

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