Cuidar los talentos

Cuidar los talentos

En tiempos tormentosos, las organizaciones deben afianzar sus “buenas prácticas” para potenciar la productividad en su dotación de personal. La conformación de equipos transversales puede constituirse en una herramienta fundamental para identificar los lineamientos del plan de acción de la compañía y para generar coaliciones interdepartamentales.

20 Octubre 2014
El talento no tiene edad. Puede estar dentro de un joven que maneja -a su antojo- la tecnología y las redes sociales como también en una persona con vasta experiencia. La cuestión pasa por saber desarrollarlos y aprovecharlos al máximo por el bien de una organización. En esa concepción, José Manuel Aggio, director de Recursos Humanos de Danone, observa que el secreto del buen líder es poder potenciarlo, encontrando en las buenas prácticas su herramienta de exploración. Precisamente a eso se referirá Aggio durante el I Congreso Regional de Recursos Humanos, que se realizará entre el jueves y el viernes en el Hilton Garden Tucumán. Es organizado por la Asociación de Profesionales en Recursos Humanos del NOA (Aprhnoa).

En su charla con LA GACETA, Aggio rompe con algunos preconceptos acerca de la persona talentosa. Por caso, sostiene que suele ser aquel que se equivoca y fracasa, pero que a través de esas experiencias aprendió y mejoró. “El talento es la conjunción de la pasión, el compromiso y los valores. A partir de eso, las organizaciones tratan de orientarlos hacia su misión y valores”, explica.

La cuestión esencial en toda compañía para cuidar el talento pasa por el aprendizaje continuo. Sin importar las diferencias generacionales, los trabajadores aspiran a que la empresa los consideren un eslabón fundamental en su cadena. Por esa razón, los departamentos que gestionan los recursos humanos suelen aplicar políticas tendientes a fortalecer el compromiso y a satisfacer las necesidades de su dotación.

Los empleados talentosos son, generalmente, los que le agregan valor a la empresa, aquellos que se atreven a enfrentar los desafíos, los llamados a constituirse en los agentes de cambio cuando el contexto socioeconómico lo requiere. Son, según los especialistas, aquellas personas que asumen las responsabilidades que muchos no se atreven a tomar, por temor por estar en una zona de confort y se resisten a abandonarla.

Manos a la obra

¿Cuáles pueden ser esas buenas prácticas para que el personal se involucre más y se convierta en agente del cambio? Según Aggio, hay algunas políticas que tienden a preservar el talento de la empresa.

• Desarrollo de motivación: en un contexto de incertidumbre económica y laboral, como la que actualmente pasa la Argentina, la clave pasa por potenciar la comunicación interna dentro de la organización. “La compañía tiene que trabajar en eso. Por caso, desde mi experiencia, con el equipo efectuamos reuniones de resultados todos los meses. A través de ellas puede establecerse cómo nos está yendo”, indica Aggio. Es fundamental que en circunstancias de dudas, se comunique a los empleados qué está pasando dentro de la organización y cuál puede llegar a ser el plan para salir de la contingencia.

• Prácticas por segmentos. El impacto del trabajo en la calidad de vida de los empleados no suele ser el mismo. Por caso, los jóvenes demandan más espacios para sus tareas personales, mientras la incertidumbre despierta miedo entre los empleados de más años. “La idea pasa por construir el plan entre todos, en pedir ayuda para generar compromiso. En un contexto de incertidumbre, lo mejor es trabajar en equipo.

• Equipos transversales. En línea con lo anterior, para trabajar en un proceso de innovación, la mirada distinta de los departamentos que componen la compañía puede contribuir a la productividad laboral. “Hay que vencer aquella idea de que lo bueno sale de un genio o de un iluminado. Por mi experiencia, debo decir que el trabajo de un equipo transversal sirve para identificar por dónde pasan las soluciones”, indica Aggio. De este esquema transversal puede surgir algún producto o servicio que sorprenda a los clientes en tiempos de alta competencia. Por caso, un empleado de Planta puede sugerir algo que otro de Marketing no tenga en cuenta y, de esa experiencia, enriquecer la propuesta al público.

• Entrenarse para lo que viene. “Lo único seguro es el cambio. Entonces, hay que prepararse para ese escenario. Por suerte, en la Argentina estamos adaptados a ese proceso. Por algo, en otros países, nos consideran que somos muy creativos, por adaptarnos rápidamente a los cambios”, puntualiza.

Aggio insiste con la idea de aplicar políticas o buenas prácticas en Recursos Humanos que tiendan a generar una cosmovisión integral de la empresa. Advierta que cuesta romper los silos o compartimentos estancos de aquellos que se resisten al cambio. “La idea clave es sentirse protagonista y no espectador del cambio”, finaliza.

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