Tucumán, entre un Gobierno de alcoba o el cambio

Tucumán, entre un Gobierno de alcoba o el cambio

 fotos de dyn - la gaceta / jorge olmos sgrosso (archivo) fotos de dyn - la gaceta / jorge olmos sgrosso (archivo)
De hoy al 29 de octubre de 2015 restan exactamente 381 días. Es la fecha de recambio del poder en la comarca. ¿Marcará el fin de la decena de años de un gobierno infestado por la corrupción con rango institucional, el absolutismo no ilustrado y el avasallamiento de la división de poderes? Alperovich desechó la bonanza económica de la que disfrutó, sin modificar la estructura semifeudal de la provincia, y hoy quiere endeudarla con un préstamo de $ 400 millones. Cabe preguntarse si convocará a comicios ¿antes o después del 9 de agosto, o conjuntamente con las primarias, fijadas para tal fecha? Es casi seguro que se hagan el 16 o el 23. El domingo 30 de agosto excede un día del determinado por el plazo constitucional. ¿Seguirá gobernando una monarquía bicéfala, de alcoba, o la sociedad optará por el cambio?

Con la consulta más dura que afronta en el fin de su dinastía, el dedo por su favorito se columpia entre su amigo Juan Manzur y su esposa. También debe decidir, antes de las PASO, por quién apostará entre los aspirantes a la poltrona que dejará vacía Cristina, muy a su pesar. Sin definirse públicamente, dejó ver ya su preferencia por Daniel Scioli. ¿Y si el elegido de la Presidente fuera otro, cómo quedará parado? El mandamás tendrá que afinar su puntería para no errar el tiro. Si no emboca, se ganará la vendetta presidencial.

En tanto, el Jefe sigue envuelto en un manto de dubitaciones y cabildeos con la almohada, sin saber a quién impondrá los óleos como su reemplazante. Con el credo alperovichista en mano, ordenó al dúo Manzur-Jaldo a caminar caminos bajo los cielos tucumanos. Ellos mismos dudan de que sea la fórmula definitiva. Fue -se colige- un modo elegante de sacarse la presión de encima. En tanto, guardó en galpones a la senadora a la espera de que escampe la trifulca interna en el gallinero alperovichista, donde se despedazan entre sí por el último favor del zar en su otoño irremediable con el adiós como fin de fiesta.

El mandatario resolverá las candidaturas en febrero o entrado marzo, en vísperas de fichar a los postulantes en la Justicia Electoral. Mientras, mantiene a la tropa expectante detrás de la zanahoria por un cargo electivo entre casi 500 de los que estarán en disputa. La indefinición no lo favorece. Los muchachos peronistas están desesperados por encontrar pronto un puerto seguro donde anclar, como salida laboral. No podrá contener el éxodo hacia otras carpas. Domingo Amaya está con los brazos abiertos para acogerlos en su regazo, lo mismo que la sucursal de Massa, predispuesto a cerrar lo antes posible un acuerdo con la UCR para el choque del año próximo.

El dueto elegido vive sobre ascuas. La zarina -se sabe- no renunció ni renunciará a su pretensión de acceder al trono. Prendió fuerte en ella el gusto por el poder y sus mieles. Su alejamiento de la arena política es momentáneo. No se siente difunta. El clan familiar, que cuenta como fogonera mayor a su hermana Silvia, no afloja. En un almuerzo reciente ratificó a la cofradía bettista que la postulación de la senadora nunca se apagó. Por eso, la camarilla que entorna al zar se pregunta si, en realidad, no mandó al dueto millonario a una misión de cumplimiento imposible, con el abismo por delante. De los dos, uno será decapitado. ¿Manzur, acaso? Con este, Rojkés tiene los puentes dinamitados. Sobre él pesa no sólo la veda constitucional del tercer mandato consecutivo de la vicegobrnación, también tiene irresuelta en la Justicia Federal el proceso por enriquecimiento indebido. El círculo que frecuenta a Betty está convencido que ella, por su carácter indomable, terminará imponiendo su voluntad a la hora de definir la sucesión, a pesar de la oposición de su marido.

Alperovich no digiere que su cónyuge haya sido desterrada del paraíso K. Cristina sentó en la línea sucesoria al santiagueño Gerardo Zamora, en tanto su mujer, en un típico enroque de nepotismo, quedó al frente de la provincia, aunque él es el que manda. Ese es el espejo en el cual se mira Betty y toma velocidad. Las circunstancias políticas aquí y en la vecindad son diametralmente opuestas. El mandatario no confía en su cónyuge y a la vez reconoce la debilidad de Manzur y Jaldo. ¿No se le cruzó por la cabeza que su hermano Naum, que obviamente lleva el apellido Alperovich, podría estar en la fórmula gubernamental? Desde la Casa Rosada y desde La Plata siguen sus pasos afligidos por el divorcio entre el intendente y el mandamás. Es anhelo de que se junten para afrontar el combate de 2015 para cerrarle el paso a Cano

Entre sus íntimos desliza que él digitará la lista de postulantes a diputados y senadores nacionales, desprendiéndose del dedo de la viuda. Es una movida riesgosa. Cuando abandone el inquilinato que ocupa a préstamo, CFK quiere concentrar en sí la conducción del peronismo, con un incondicional núcleo talibán en el Congreso. Con jeringa impondrá a sus favoritos en las nóminas de todo el país. Son los mozalbetes de La Cámpora. Tucumán no es una ínsula.

Sergio Massa apura el paso y afianza su presencia atando acuerdos en el interior del país, de palabra y con un apretón de manos. Y la foto, desde luego. Con eso basta, piensa. Presta su figura para las imágenes y exhibe su mejor sonrisa con candidatos radicales que anhelan gobernar sus provincias, como La Rioja, Catamarca, Santa Cruz y Tierra del Fuego. En el itinerario de evangelización está Tucumán en el camino. Se anunció su venida para el martes a la noche, permaneciendo hasta el día siguiente. Tuvo que postergar su desembarco, porque su anfitrión -José Manuel Cano- viajó a Estados Unidos, junto con un grupo de parlamentarios, invitado por la poderosa Cámara de Comercio del país del Norte.

El miércoles a la mañana visitará el molino harinero que acaba de habilitar el empresario Emilio Luque y luego estará en la casa de los hijos de Santos Vega. Un ícono de la vieja guardia pejotista. Este juega con Jaldo y pastorea de su mano. Sus vástagos apuestan al tigrense. Por la tarde participará de una recorrida por el shopping de Yerba Buena, previa reunión con su cofradía tucumana. No está definido dónde será el encuentro con el presidente del radicalismo. Los dos se pavonean ya como consagrados candidatos a la Presidencia y a la gobernación.

La juntada en esta ciudad será otro reventón en las entrañas de UNEN -ya bastante resquebrajada por las ambiciones presidenciales de sus popes-, similar al que se produjo en Jujuy, por el diálogo del senador Gerardo Morales con el líder renovador. También hay cimbronazos dentro de la UCR, por las alianzas en barbecho entre radicales de provincia con Massa. El diputado cordobés Oscar Aguad bramó en contra de los acuerdos que se cuecen a fuego lento. En el interior profundo del país lo que importa al centenario partido de Alem, Yrigoyen, Illia y Alfonsín es voltear -con el voto y aliado con otras fuerzas- a los jerarcas K enquistados en el poder, como Alperovich en esta aldea.

Tienen libertad de acción para hacerlo, sin intromisión del comité nacional, y avanzan pese a la furia desatada. Cano no firmará ningún acuerdo. Sólo se prestará para la foto, aceptando el voto peronista como un mensaje inequívoco sobre quién es su socio preferido. Es la pata justicialista tan buscada, unida a las otras agrupaciones, para desalojar al mandamás.

En el gobernador se acentuó su preocupación. Sus candidatos no mueven el amperímetro, y las mediciones de su cónyuge no son para presumir. La visita de Massa carcome su base electoral, ya bastante disminuida por el distanciamiento de Domingo Amaya, con rancho aparte, más los desencantados de José. Como sabe que sin el intendente de ladero corre el riesgo de hocicar en el choque con Cano, tira líneas subterráneas para volver al redil al el díscolo alcalde. Amaya se mantiene duro, y repite a los cuatro vientos: “acompañante de nadie; voy por la gobernación y nada menos”.

¿Qué pasó? ¿Saltó la cerca? ¿Bernardo García Hamilton se equivocó y en vez de ir a El Tigre a hablar con Massa fue al ministerio de Planificación Federal, en Buenos Aires? Un parte registrado en la web de esa cartera, con foto, consigna que “el empresario y referente político provincial” dialogó con el secretario de Obras Públicas, José Francisco López, en su despacho, junto con su hijo Bernardo. Se habló -dice- de temas de la coyuntura política actual, así como del presente y el futuro de Tucumán. ¿Nada de candidaturas? Extraño. ¿Este encuentro significa que BGH abandonó a Massa, de quien se autodesignó como su adalid en la aldea con gigantografías que inundaron la ciudad? Cosas vederes, Sancho. En la campaña anterior respaldó a Alperovich desesperado por una banca. No tuvo suerte.

El tigre bonaerense estaba invitado a la inauguración del molino harinero, en Banda del Río Salí. La factoría absorberá la producción triguera del noroeste, dándole valor agregado al cereal. Hasta ahora, con el grano se recorre miles de kilómetros para su procesamiento en harina con altos costo de transporte por carretera. La instalación de la fábrica estaba prevista en Rosario de la Frontera por las ventajas que ofrecía el gobernador salteño. Cuando el empresario inició gestiones para el emprendimiento, Alperovich le prometió el oro y el moro, porque no quería que se repitiera la malhadada experiencia de la planta de biodiesel, a partir de la soja, que el Grupo Lucci terminó radicando en Santiago del Estero, ante las pretensiones del gobernador. Esas exenciones tributarias prometidas a Luque se convirtieron en humo y hoy truena de rabia. No tuvo suerte, porque con las inversiones hoteleras el zar fue mucho más benévolo, en detrimento de la provincia.

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