Distinción a los artistas que sigue sin concretarse

Distinción a los artistas que sigue sin concretarse

Desde su origen, el ser humano sintió la necesidad de expresar la sensibilidad de su espíritu y encontró en el arte su modo de manifestar su creatividad interior. “El artista debe estar siempre con aquellos que padecen la historia, no con los que la hacen”, sostenía el escritor Albert Camus, mientras que el compositor Robert Schumann afirmaba que “enviar luz al corazón del hombre, ese es el deber de un artista”. Hay pueblos que saben reconocer la labor de sus artistas destacados y otros, no.

Hace unos días, señalábamos en un editorial que Tucumán podría tener un galardón similar al Premio Nobel -aunque en menor escala- que distinguiera a nivel provincial o nacional a quienes se destacaran por su labor en el campo de las ciencias y de las humanidades. Agregamos que si la convocatoria de tal lauro se ampliara, por ejemplo, a los países que integran la Unasur, seguramente tendría una proyección internacional inusitada que pondría a Tucumán el centro de las miradas.

Un lector se hizo eco de nuestra nota y recordó que años anteriores hubo gestiones truncas en otro tipo de reconocimiento. “Tucumán tuvo diversos intentos legislativos sobre reconocimiento a los escritores, poetas, plásticos y otros referentes culturales -también referidos en varios editoriales del diario- intentos todos que quedaron frustrados porque quienes hacen las leyes no reunieron mayoría para estas ‘cuestiones menores’. Mientras, provincias como Santiago del Estero y Salta, por citar sólo dos vecinas, instituyeron para sus creadores un sistema de pensión vitalicia, como reconocimiento al aporte que hicieron y hacen a la tradición cultural. En Tucumán, a menos dos años de la conmemoración que se supone será trascendente por el Bicentenario de la Independencia, sólo se oye el murmurar sin sordina de los que arman y desarman candidaturas con vistas al 2015; de los que se empeñan -desde el palacio de cristal desde donde se supone se elaboran las leyes y se controla la administración del poder- en lograr que los ingresos a los bolsillos de los representantes del pueblo sean abundantes vía dieta y más vía oblicua de los llamados ‘gastos sociales’; y también el murmurar de los que, afanosamente, se empeñan en quedarse donde están para seguir viviendo de las mieles de los panales del Estado provincial”, escribió Carlos Duguech (carta del 9/10).

Efectivamente, hubo varios intentos a nivel provincial y municipal, desde la década de 1990, que fracasaron. El último intento ocurrió en setiembre de 2010, cuando el Concejo Deliberante capitalino aprobó por unanimidad la iniciativa que prescribe la creación de la “Distinción y reconocimiento a la trayectoria artística” con carácter de premio vitalicio. En sus fundamentos, se menciona que la norma se apoya en antecedentes de leyes similares en Chaco, Córdoba, La Rioja, Jujuy y Salta. La ordenanza N° 4.300 continúa sin reglamentarse, por lo tanto, no puede entrar en vigencia.

El bicentenario de la Declaración de la Independencia es una gran oportunidad para que la clase gobernante saliente apruebe las asignaturas pendientes, de modo que sus sucesores recojan el guante y se entusiasmen con realizaciones culturales que contribuyan al prestigio provincial y a la promoción de sus artistas. Las humanidades y las ciencias son justamente las que han hecho trascender a Tucumán. “Los artistas son el alma de un pueblo”, suele decir un poeta tucumano.

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