"Huevo" Casero

"Huevo" Casero

El entrenador de Los Pumas disfruta sus días de descanso en Tucumán, antes de la ventana de noviembre

SU LUGAR. Hourcade vuelve a su casa cada vez que su apretada agenda se lo permite. SU LUGAR. Hourcade vuelve a su casa cada vez que su apretada agenda se lo permite.
Por Manuel Cardozo y Federico Espósito 11 Octubre 2014
Las exigencias del nivel superlativo le dejan a Daniel Hourcade muy poco margen para sacarse el buzo de entrenador de Los Pumas y volver a ser un vecino de barrio Sur, que disfruta de estar en su casa, mirar series de corte policial y pasear a sus perros, Doux (se lo trajo de Francia) y Pampita, bautizada en honor a los Pampas. De hecho, quien frecuente la zona de Tribunales, probablemente se cruce al trío en alguna vereda. “Por ahí dicen algunos ‘miralo, ahí va el técnico de Los Pumas’. Y a mí me da gracia, porque hago lo que hace cualquier persona”, comenta “Huevo” desde la intimidad de su hogar, al que vuelve cada vez que puede. Pero este último regreso fue diferente: lo esperaba una montaña de felicitaciones por el triunfo sobre Australia en Mendoza, el primero de Los Pumas en la historia del Rugby Championship.

“Estuve hasta las cuatro de la mañana en la computadora contestando todos los mails y mensajes que me llegaron. Es que no te alcanza el tiempo, hermano”, se descarga Daniel, ratificado por ojos enrojecidos y todavía aprendiz en esto de lidiar con el alto nivel de exposición al que lo obliga su puesto de head coach del seleccionado mayor de rugby. “Por momentos es agotador. Lo entiendo, por supuesto. La gente es muy amable, te hace llegar su cariño, y por eso cuando estoy un poco más relajado, trato de contestarles a todos. Aunque sea un “Me Gusta” en Facebook. Lo peor es quedar como un desagradecido o un soberbio. Igual, no lo hago por eso, sino porque es lindo recibir esos mimos al alma que te hace la gente”, confiesa.

Respeto

Todavía no se cumplió un año desde aquél 24 de octubre en que fue anunciado como sucesor de Santiago Phelan, pero Daniel ya se ha ganado un lugar destacado en la historia de Los Pumas. Con un plan de alto rendimiento que está comenzando a mostrar sus frutos, formó un equipo que le opuso resistencia a potencias respaldadas por una estructura mucho más desarrollada.

“A los jugadores les pedí que tomaran riesgos, que no tuvieran miedo de equivocarse, y cumplieron. Por eso mismo se lograron cosas positivas y también se sufrieron tries en contra. Es lógico. Para ganarle a los tres mejores equipos del mundo, tenés que arriesgar al límite. Por supuesto, con una buena preparación previa. No somos suicidas. Pero había que intentar. Por eso le dije a los jugadores que no se preocuparan si cometían un error, que esa era responsabilidad mía. Y que tuvieran en claro que estos equipos están capacitados para hacérsela pasar mal a cualquiera, así que no debían desmoronarse si el rival era superior. Aunque nos marcaran puntos, había que seguir proponiendo, intentando”, resumió la filosofía que permitió derrotar a los Wallabies y tener contra las cuerdas a Sudáfrica.

De todos, “Huevo” aclara que esta idea no viene de hoy. “Salvo en detalles, no difiere mucho de la que tenía ‘Tati’ (Phelan). Después del primer Championship, junto con Graham Henry se concluyó que el sistema de juego era fantástico, pero las destrezas no eran los suficientemente buenas para ejecutarlo. Si no sabés tirar un pase, si no sabes meter un tackle, si no sabés limpiar un ruck, no podés desarrollar un juego dinámico. Cuando se mejoraron las destrezas individuales, el equipo empezó a crecer”, explica.

Críticas

A Hourcade le llovieron dardos por despegarse del sacralizado planteo defensivo y prescindir de algunos nombres de peso, el tiempo le dio la razón al tucumano. Salvo uno que otro, hasta los detractores reconocieron que su joven tropa se ganó el respeto.

“Basta ya de discutir lo indiscutible. ¿Vamos a reclamar que se debe jugar corto, pick and go, patada a cargar y demás? Ya está, eso es cosa del pasado, ya no existe más, y menos en el Hemisferio Sur, que es donde estamos nosotros. De hecho, el rugby argentino debería sentirse de alguna manera identificado con el juego dinámico que están tratando de llevar a cabo Los Pumas. La UAR está haciendo muchos coachings justamente para eso. Ya depende de los clubes tomarlo o no, no les vas a poner una pistola en la cabeza, pero estaría bueno que todos tiren para ese lado”, considera “Huevo”.

Al margen de las bajas que sufrió durante el torneo, hubo quienes le recriminaron apostar por jugadores de escaso rodaje. “Hay que recordar que tenemos un Mundial el año que viene. ¿Qué pasa si se cae tal o cual en el camino, ya se por lesión o porque baja su rendimiento? Es perfectamente posible al nivel que juegan. No me voy a poner a explicarle a uno por uno. No estoy loco, no soy un suicida. Las cosas se hacen así por una razón. Esto es un proceso, está pensado. Al Mundial tenés que llevar 30 jugadores, y para eso necesitás una base de 60. Hay varios que todavía no tuvieron su oportunidad, pero que están ahí, en la gatera”, anticipa.

Incluso en sus pocos días de descanso, le resulta imposible escaparse del rugby: incluso en modo silencio, su celular no para de iluminarse. “Seguramente son del staff técnico. Es que ya estamos preparando el partido contra Escocia. Y si me junto a charlar con amigos, terminamos hablando de rugby. Y es que es lo que me apasiona”.

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