“En las escuelas falta más diálogo”

Habla con seguridad, mirando a los ojos, sin hacer gestos con las manos, sin ninguna muletilla, sin tartamudear. Valentina Isabel Navarro tiene 17 años y obtuvo el primer premio del Modelo de Naciones Unidas de la ONU que se realizó a nivel regional (en el NOA). Su premio fue una beca para participar en el Modelo Nacional de la ONU que se realizará en la capital Federal. El que gane esa instancia pasará al encuentro de Latinoamérica.

En la simulación del modelo de la ONU a Valentina le tocó representar a Rusia en el Consejo de seguridad de Naciones Unidas. No es la primera vez que participa en este encuentro. En 2012 ya había intervenido como embajadora de Venezuela. La segunda vez actuó como embajadora de Indonesia y ganó como la mejor en su rol. “Es muy interesante porque hay países que te toca representar que no sabés dónde están en el mapa. Cuando te compenetrás sobre sus costumbres, su ideología, su política es más fácil aprender a defenderlo desde ese lugar”, contó.

Valentina es alumna del colegio Santa Catalina y visitó LA GACETA acompaña por su mamá, Olga Ruiz. “No soy la mejor alumna pero tampoco me llevo ninguna materia. Participar en este programa me ayuda a no tener miedo a usar la palabra en público. Muchas veces estar frente a una autoridad te paraliza, pero cuando sabés qué vas a decir, no tenés miedo. Los jóvenes tienen mucho miedo de decir lo que piensan. Yo siempre fui de decir todo, pero practicar en la oratoria me ayudó a hablar con personas que no conozco, a responder a una interpelación e incluso a debatir para llegar al consenso”, dice la joven, que el año que viene quisiera estudiar Relaciones Internacionales, pero lamenta que no haya esa carrera de grado en la universidad pública.

La violencia escolar

Valeria está convencida de que si en la escuela se pusieran en práctica las herramientas de diálogo, argumentación y confrontación de ideas que se aprende en el modelo de la ONU, desaparecería la violencia en las aulas. “En las escuelas falta diálogo y confianza en los alumnos para poder expresar lo que sienten y piensan. Cuando hay un problema los chicos no dicen todo lo que tienen para decir, les falta confianza en ellos mismos y en los profesores. Están pendientes de lo que pensarán los demás, pero si aprendieran a confiar más en sí mismos sería mucho más fácil el diálogo y no habría tanta violencia”, sostiene.