07 Octubre 2014
TORTURAS. Uno de los policías maltrató y golpeó al aprehendido por un robo, mientras otro efectivo lo filmaba. captura de video
Hubo que convencer a G.A para que fuera a declarar. Y cuando estuvo frente a la fiscala Marta Mariana Rivadeneira, fue contundente. Los policías que lo torturaron fueron cuatro, y para la Justicia son los efectivos del 911 que se encuentran detenidos desde la semana pasada.
Ayer a la tarde se levantó el secreto de sumario en la causa en la que se investiga a cuatro policías por las torturas que sufrió G.A el 20 de septiembre, y que fueron filmadas con un teléfono celular. El video fue publicado el martes pasado por LA GACETA, y la Justicia inició una actuación de oficio.
G.A declaró el sábado a las 16 ante la fiscala, y según contaron fuentes judiciales para Rivadeneira la investigación central está cerrada, los autores de los apremios ilegales fueron los cuatro detenidos y el hecho ocurrió en un galpón ubicado en avenida Siria al 2.500. Además, la representante del Ministerio Público está convencida de que el personal de la seccional 5ª (adonde fue trasladado G.A) nada tuvo que ver con los vejámenes.
La causa por el robo
El 20 de septiembre a la mañana, el dueño de un galpón ubicado en el acceso norte de la ciudad llamó por teléfono al 911 porque un ladrón había entrado a robarle. Cuando los policías llegaron, encontraron a G.A (apodado “El Amarillo”) escondido debajo de un camión, según consta en las actuaciones policiales.
Al día siguiente el aprehendido declaró ante Rivadeneira asistido por la defensora Oficial Marta Toledo, y dijo que los policías le habían pegado. La fiscala había ordenado que sea revisado por el Cuerpo Médico Forense y dispuso que quedara en libertad, ya que el delito por el que llegaba acusado (tentativa de hurto) tiene una pena de prisión excarcelable.
“El Amarillo”, aseguraron fuentes del Ministerio Público, debería haber regresado por la denuncia que había realizado en contra de los policías. Pero nunca apareció, presumiblemente por temor.
Luego del video
Pero los policías que habían grabado las torturas empezaron a pasarse el video por WhatsApp, un servicio de mensajería para teléfonos celulares. Cuando tomó estado público, el ministro Fiscal Edmundo Jiménez informó que Rivadeneira había intervenido de oficio. Aún se desconocía que se trataba del mismo caso que ya se encontraba denunciado en la Fiscalía de Instrucción de la I° Nominación.
La investigación permitió llegar a cuatro policías, que se encuentran detenidos. En primer lugar fueron aprehendidos los motoristas José Carabajal y Horacio Morales, quienes fueron los primeros en llegar al lugar. Son defendidos por los abogados Cergio Morfil y Juan Pablo Nadotti.
El jueves, en tanto, los policías Víctor Quinteros y Jorge Marchese fueron aprehendidos porque sus nombres figuran en el acta de aprehensión de “El Amarillo”. Quinteros y Marchese también trabajan en el 911.
La abogada Amelia Armella, que defiende a Marchese junto a Andrea Díaz, contó que los policías llegaron como refuerzo cuando G.A ya estaba aprehendido, y que ellos no lo trasladaron a la seccional 5ª.
Idéntica versión dio el letrado Josué Arce, quien representa a Quinteros.
Mientras todos hablaban del video de las torturas, “El Amarillo” no aparecía. Lo encontró personal de la Fiscalía el sábado en los alrededores de su domicilio y lo convenció de que fuera a declarar. Rivadeneira tiene hasta el 17 de octubre para decidir si solicita la prisión preventiva en contra de los policías, a quienes acusará por apremios ilegales.
Ayer a la tarde se levantó el secreto de sumario en la causa en la que se investiga a cuatro policías por las torturas que sufrió G.A el 20 de septiembre, y que fueron filmadas con un teléfono celular. El video fue publicado el martes pasado por LA GACETA, y la Justicia inició una actuación de oficio.
G.A declaró el sábado a las 16 ante la fiscala, y según contaron fuentes judiciales para Rivadeneira la investigación central está cerrada, los autores de los apremios ilegales fueron los cuatro detenidos y el hecho ocurrió en un galpón ubicado en avenida Siria al 2.500. Además, la representante del Ministerio Público está convencida de que el personal de la seccional 5ª (adonde fue trasladado G.A) nada tuvo que ver con los vejámenes.
La causa por el robo
El 20 de septiembre a la mañana, el dueño de un galpón ubicado en el acceso norte de la ciudad llamó por teléfono al 911 porque un ladrón había entrado a robarle. Cuando los policías llegaron, encontraron a G.A (apodado “El Amarillo”) escondido debajo de un camión, según consta en las actuaciones policiales.
Al día siguiente el aprehendido declaró ante Rivadeneira asistido por la defensora Oficial Marta Toledo, y dijo que los policías le habían pegado. La fiscala había ordenado que sea revisado por el Cuerpo Médico Forense y dispuso que quedara en libertad, ya que el delito por el que llegaba acusado (tentativa de hurto) tiene una pena de prisión excarcelable.
“El Amarillo”, aseguraron fuentes del Ministerio Público, debería haber regresado por la denuncia que había realizado en contra de los policías. Pero nunca apareció, presumiblemente por temor.
Luego del video
Pero los policías que habían grabado las torturas empezaron a pasarse el video por WhatsApp, un servicio de mensajería para teléfonos celulares. Cuando tomó estado público, el ministro Fiscal Edmundo Jiménez informó que Rivadeneira había intervenido de oficio. Aún se desconocía que se trataba del mismo caso que ya se encontraba denunciado en la Fiscalía de Instrucción de la I° Nominación.
La investigación permitió llegar a cuatro policías, que se encuentran detenidos. En primer lugar fueron aprehendidos los motoristas José Carabajal y Horacio Morales, quienes fueron los primeros en llegar al lugar. Son defendidos por los abogados Cergio Morfil y Juan Pablo Nadotti.
El jueves, en tanto, los policías Víctor Quinteros y Jorge Marchese fueron aprehendidos porque sus nombres figuran en el acta de aprehensión de “El Amarillo”. Quinteros y Marchese también trabajan en el 911.
La abogada Amelia Armella, que defiende a Marchese junto a Andrea Díaz, contó que los policías llegaron como refuerzo cuando G.A ya estaba aprehendido, y que ellos no lo trasladaron a la seccional 5ª.
Idéntica versión dio el letrado Josué Arce, quien representa a Quinteros.
Mientras todos hablaban del video de las torturas, “El Amarillo” no aparecía. Lo encontró personal de la Fiscalía el sábado en los alrededores de su domicilio y lo convenció de que fuera a declarar. Rivadeneira tiene hasta el 17 de octubre para decidir si solicita la prisión preventiva en contra de los policías, a quienes acusará por apremios ilegales.
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