Atlético perdió 1 a 0 con Santamarina, que era el último

Atlético perdió 1 a 0 con Santamarina, que era el último

El "Decano" le cedió la cima a Crucero. Jugará el próximo domingo en Posadas.

EL GOLEADOR SOY YO. Capella, defensor, marca a Menéndez, delantero “decano”. El de Santamarina anotó el gol del triunfo. EL GOLEADOR SOY YO. Capella, defensor, marca a Menéndez, delantero “decano”. El de Santamarina anotó el gol del triunfo.
En su vuelta a la Argentina en cuatro días, un posible Triángulo de las Bermudas entre Tucumán-Tandil y Posadas (más de 4.000 kilómetros de viaje entre aviones y colectivos), Atlético terminó herido en el primer partido de su mini gira de visitante: la derrota 1-0 con Santamarina, en tiempo de descuento, duele por duplicado.

El primer impacto es que Atlético, que llegó a Tandil como líder del grupo B, perdió contra un rival que hasta anoche estaba último. El segundo golpe no es menor: el “decano” se bajó de la cima por primera vez en el torneo, justo en el cierre de la rueda inicial. Con el triunfo de Crucero del Norte ante Sportivo Belgrano, también ayer, Atlético quedó segundo, un punto debajo de los misioneros, aunque por supuesto todavía en zona de ascenso. La aventura del equipo de Héctor Rivoira seguirá justamente contra el nuevo inquilino en lo más alto, el domingo en Posadas, en la fecha 1 de la vuelta 2.

Acaso porque jugaba en Tandil, la ciudad de la piedra movediza, Atlético salió con un sentimiento de precaución extra: la solidez de la defensa ante todo. Que nada se mueva, que nada se caiga. Ni el partido ni la punta. Así ocurrió desde el comienzo entre dos equipos que, si hubiesen jugado al ajedrez, habrían acordado tablas. Apenas la calidad de Gastón Giménez fue una caricia.

En medio de su noche desangelada, y de su extrema precaución, nunca pareció un duelo entre dos equipos que llegaron al partido diferenciados por ocupar el primer y último puesto. Atlético estuvo lejos de sus mejores noches, y en el segundo tiempo, con el ingreso de Gonzalo Ontivero por Diego Jara, tuvo un poco más de chispa.

Lo mejor que podía pasarle a Atlético era el final y el empate: el recorrido por el Triángulo de las Bermudas parecía que comenzaba como si fuera un viaje de negocios. El 0 a 0 no repartía felicidad, pero sí conformidad, hasta que llegó el gol de Capella y el dolor por una derrota inesperada, dolorosa.

Lo bueno
Un punto alto en medio de una noche para olvidar

Apenas algunos destellos de calidad de Gastón Giménez en el primer tiempo se destacan en un Atlético que anoche perdió la memoria ofensiva.

Lo malo
No generó peligro y cuando quiso cuidarse lo castigaron
Atlético nunca tuvo el control del partido y casi no creó situaciones de gol. En el segundo tiempo le fue acomodando el cuerpo al empate y se quedó sin nada en el final.


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