A correr con el “taxi”

Se define como un apasionado de los autos clásicos. Pero también como una persona que, con la “excusa” del automovilismo, hace de la amistad un culto. Hoy, Luis Fernández San Martín emprenderá viaje camino a su octavo Gran Premio Argentino Histórico. Será una incursión con navegante nuevo, Gustavo Racca y en condición de único representante tucumano. El piloto partirá al volante del propio Peugeot 404 (pintado con nuevos y llamativos colores) con el que piensa correr. Luego de 15 horas de viaje, llegará mañana a Buenos Aires y hará la verificación técnica a primera hora.

-¿Por qué un auto pintado de negro y amarillo para una competencia automovilística?

- Los que puse son colores de protesta. Se me ocurrió pintarlo así porque a mucha gente del interior que participa de esta carrera nos parece excesivo el costo de la inscripción. Por caso, en Uruguay en una prueba similar cobran lo mismo, pero te dan el combustible, noches de hotel en Montevideo, el almuerzo y la cena. Y aquí sólo el almuerzo. Siempre se promete, pero queda en eso. Este año no es la excepción. Igual decidimos correr porque uno tiene puesto el corazón en el país. Y voy dispuesto a conocer gente nueva, con la idea de compartir momentos mientras hacemos deporte. Los autos clásicos para mí son una pasión. Y la única forma de disfrutarlos es andándolos. No hay otra forma. A esto lo hago con mucho gusto.

- ¿Por qué creés que no hay relación entre costos y devolución?

- No hay un solo motivo. Sí me llama la atención la cantidad de gente que se mueve en esta carrera, fuera de los participantes, que somos unos mil. Esa cifra se duplica y no sé por qué. Por otro lado se nota la situación económica actual, porque con respecto a dos años atrás, hay cien participantes menos. Lo que sí se mantiene es el nivel de autos, sobre todo en la categoría Turismo Carretera.

- Una paradoja: colores de protesta que cayeron simpáticos...

- Es cierto. Desde que lo pinté me saludan los taxistas, los peatones. Paro en un semáforo y todos desvían la vista. Igual, en Buenos Aires calculo que pasará como uno más, porque ahí sí se mantuvieron los colores negro y amarillo en taxis.

- ¿Cómo visualizás la prueba?

- Será una carrera con grandes dificultades, por la cantidad de rutas muy transitadas que se van a recorrer, sobre todo la 14, que es internacional. Trataré de dar la vuelta, aprovechando el potencial del auto y la experiencia personal. Un problema para mis posibilidades es no poder correr con un mismo navegante: esta vez estrenaré un quinto compañero. Lo ideal es ir con el mismo, me pasó con Christian Delaporte, con quien hice tres grandes premios y nuestros tiempos estaban más cerca de la punta.

- Un detalle es que está vez serás el único tucumano...

- Siempre fue lindo representar a la provincia con otros compañeros. La camaradería arriba y abajo del auto es algo impagable. Pero esta vez, con respecto a los últimos con los que viajé, Ernesto Frías Silva no podrá competir por una operación en los ojos y Gregorio Carrizo por un problema en las rodillas.

- Además de los colores, ¿qué novedades presenta el coche?

- El auto va con la última actualización del Champion, que es un programa de computadora. Por internet se lo baja. Aquí hay dos categorías, una a velocímetro y otra en la que vale todo. En esta última se puede correr con computadora, con telémetro, con distintas tecnologías.

- ¿Qué es el Gran Premio para vos?

- La historia del automovilismo, la prueba más emblemática de autos clásicos en la Argentina. Es un permanente compartir, y eso para mí es una gran motivación. Por caso, cumplo años en plena competencia. Y un amigo correntino me va a organizar una recepción porque justo ese día estaré en la capital de esa provincia.