La urticaria crónica afecta la calidad de vida

La urticaria crónica afecta la calidad de vida

Lesiones que pican en la piel. Por primera vez se conmemora hoy el Día Mundial de la afección.

01 Octubre 2014
Con el lema “Piel para vivir”, hoy se conmemorará por primera vez el Día Mundial de la Urticaria Crónica. La iniciativa tiene, entre otras finalidades, crear una mayor conciencia sobre la enfermedad, sensibilizar a la población sobre el impacto que provoca en la calidad de vida de quienes sufren urticaria crónica, y para reflexionar sobre la situación de quienes conviven con esta afección.

La fecha fue impulsada por distintas asociaciones a nivel mundial, y en nuestro país cuenta con el apoyo de la Asociación Civil Ayuda al Paciente Crítico (APAC). Se puede obtener mayor información en la web www.apac.org.ar/urticaria.htm.

La urticaria crónica se caracteriza por lesiones en la piel en forma de ronchas rojas, de tamaño y forma variables, que producen picazón. Aparece a cualquier edad pero con más frecuencia entre los 30 y los 50 años, con un pico en los 40. Tiene mayor prevalencia en el sexo femenino, en una relación de dos mujeres por cada hombre.

Como consecuencia de la enfermedad, quienes la sufren ven afectada su calidad de vida. El doctor Alfredo Mayol, a cargo del área de derechos del paciente de APAC, señaló: “una de las cuestiones más angustiantes en los pacientes con urticaria es no saber por qué la padecen. En las formas severas padecen ansiedad, depresión, insomnio, mala calidad de vida y mal rendimiento laboral o escolar”. El prurito es el síntoma peor tolerado y afecta severamente la vida cotidiana del paciente.

“Unos 400.000 argentinos padecen urticaria crónica, y sólo una porción tiene acceso a los tratamientos”, indicó el doctor. Jorge Máspero, médico especialista en alergia e inmunología clínica y director de la Fundación Cidea.

“El pilar del tratamiento para las personas con urticaria crónica son los antihistamínicos, y los corticoides se usan en casos de exacerbaciones. Sin embargo, los antihistamínicos no logran controlar la afección en muchos pacientes. Entonces hay que recurrir a lo inmunosupresores como la ciclosporina o los anticuerpos monoclonales anti IgE, como el omalizumab”, precisó el especialista.

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