01 Octubre 2014
DUPLA CON ÉXITO. Soria fue llevado por Giménez a Ciudad de Buenos Aires y desde entonces sus carreras van a la par.
En 2013 empezaron a escribir la historia que comienza a tener esas hojas que narran sobre gloria obtenida. Uno se fue desde la capital de “El Jardín de la República” y el otro, también de una capital, pero del voley tucumano, Monteros. Julio Giménez y Sergio Soria van de la mano en el deporte de la red alta.
Giménez, ex jugador y luego técnico múltiple campeón, siempre estuvo en los proyectos de las selecciones de base de la Federación del Voleibol Argentino. Su reputación y su trabajo captaron la atención del club Ciudad de Buenos Aires, que contrató sus servicios. Consciente de su potencial, no dudó en aceptar. También con la certeza de que el desarrollo máximo para su talento lo conseguiría Soria en una institución como la bonaerense, es que Giménez le buscó un lugar.
La emigración, dura por un lado debido al desarraigo, por otro recibe el equilibrio justo con los títulos. Qué mejor que con la “celeste y blanca”. “Íbamos a buscar el torneo”, le dijo con seguridad Soria a LG Deportiva. El central tenía la seguridad que sus compañeros y él tenían lo necesario para triunfar en el Campeonato Sudamericano Menor que se disputó en Colombia.
El plan de Argentina era obtener una de las dos plazas mundialistas para 2015, una meta realizable, según Giménez. “Si mirábamos el torneo antes de que empiece, teníamos muchas chances de clasificar. Teníamos la confianza porque sabíamos que jugando bien accedíamos a la plaza”, detalló el técnico.
Así que la corona era la figurita difícil, como se dice en el barrio. Y, con lógica mediante, la definición fue contra el clásico rival sudamericano. “Siempre hay un ‘algo’ contra Brasil. Junto a ellos somos los más fuertes de Sudamérica. Nos conviene que estén bien y a ellos también les conviene que nosotros juguemos bien”, detalló el ex jugador. Entonces la cuestión pasaba por derrocar a la “verdeamarelha” para calificar como exitosa la visita a Colombia. El debut fue precisamente contra Brasil y tras dos sets contundentes parecía que la meta se concretaría rápidamente, pero no. Argentina terminó perdiendo en cinco sets. “Sabíamos que era duro ganarles, pero no imposible. ¿Por qué perdimos? En los dos primeros parciales jugamos tranquilos, en el tercero nos presionamos nosotros mismos porque queríamos ganar en tres sets y eso nos confundió. Ellos fueron más contundentes y nos dieron vuelta el partido”, analizó Soria esa frustración.
Cuando se cruzaron en la final con Brasil supieron qué hacer sin dudar. “La final la jugaron con mucho carácter, fue tremendo, estaban decididos a tomarse revancha y sobre todo ganar el Sudamericano”, elogió a sus dirigidos Giménez. Esa actitud que afloró a pleno en la final es un rasgo distintivo del plantel. “Los argentinos somos una sociedad muy emotiva y el cuerpo técnico se basó en un trabajo de motivación fuerte. Eso nos dio resultado en la final. ¡Parecíamos Rusia mezclado con la escuela de Estados Unidos e Italia, más la sangre argentina!”, resaltó con orgullo Giménez.
La dependencia individual no es filosofía en la selección que dirige y ese lujo se lo brinda la buena calidad de los jóvenes jugadores. “Es un equipo que no tiene valores que se destaquen ampliamente. Es un grupo que se complementa bien; son muy aguerridos. No es un equipo alto y lo saben, pero es algo que desde la calidad y organización técnica que tienen, los hace jugar prolijamente. El equipo que se les para al frente tiene que jugar muy bien para ganarles”, explicó el entrenador.
La tarea que incluía obtener la plaza para el Mundial, ganar el Sudamericano y vencer a Brasil requería lo que Giménez percibió desde fuera de la cancha. “Fueron leones que iban en un misma dirección y eso fue el fuerte de ellos”, sintetizó el domador del grupo.
El club y la selección
Giménez seguirá trabajando como coordinador y entrenador de las categorías de base masculinas del club Ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, deberá responder a sus compromisos con la Selección Menor Argentina. El más inmediato es la participación en la Liga A2, el torneo de ascenso argentino en el que la selección juega especialmente. Hasta diciembre se trabajará también para conformar un equipo B. “Necesitamos un combinado que se desarrolle y genere presión a los chicos que ya están”, explicó la intención del cuerpo técnico.
En marzo comenzaría la concentración para el Mundial que todavía no tiene fecha ni sede.
Giménez, ex jugador y luego técnico múltiple campeón, siempre estuvo en los proyectos de las selecciones de base de la Federación del Voleibol Argentino. Su reputación y su trabajo captaron la atención del club Ciudad de Buenos Aires, que contrató sus servicios. Consciente de su potencial, no dudó en aceptar. También con la certeza de que el desarrollo máximo para su talento lo conseguiría Soria en una institución como la bonaerense, es que Giménez le buscó un lugar.
La emigración, dura por un lado debido al desarraigo, por otro recibe el equilibrio justo con los títulos. Qué mejor que con la “celeste y blanca”. “Íbamos a buscar el torneo”, le dijo con seguridad Soria a LG Deportiva. El central tenía la seguridad que sus compañeros y él tenían lo necesario para triunfar en el Campeonato Sudamericano Menor que se disputó en Colombia.
El plan de Argentina era obtener una de las dos plazas mundialistas para 2015, una meta realizable, según Giménez. “Si mirábamos el torneo antes de que empiece, teníamos muchas chances de clasificar. Teníamos la confianza porque sabíamos que jugando bien accedíamos a la plaza”, detalló el técnico.
Así que la corona era la figurita difícil, como se dice en el barrio. Y, con lógica mediante, la definición fue contra el clásico rival sudamericano. “Siempre hay un ‘algo’ contra Brasil. Junto a ellos somos los más fuertes de Sudamérica. Nos conviene que estén bien y a ellos también les conviene que nosotros juguemos bien”, detalló el ex jugador. Entonces la cuestión pasaba por derrocar a la “verdeamarelha” para calificar como exitosa la visita a Colombia. El debut fue precisamente contra Brasil y tras dos sets contundentes parecía que la meta se concretaría rápidamente, pero no. Argentina terminó perdiendo en cinco sets. “Sabíamos que era duro ganarles, pero no imposible. ¿Por qué perdimos? En los dos primeros parciales jugamos tranquilos, en el tercero nos presionamos nosotros mismos porque queríamos ganar en tres sets y eso nos confundió. Ellos fueron más contundentes y nos dieron vuelta el partido”, analizó Soria esa frustración.
Cuando se cruzaron en la final con Brasil supieron qué hacer sin dudar. “La final la jugaron con mucho carácter, fue tremendo, estaban decididos a tomarse revancha y sobre todo ganar el Sudamericano”, elogió a sus dirigidos Giménez. Esa actitud que afloró a pleno en la final es un rasgo distintivo del plantel. “Los argentinos somos una sociedad muy emotiva y el cuerpo técnico se basó en un trabajo de motivación fuerte. Eso nos dio resultado en la final. ¡Parecíamos Rusia mezclado con la escuela de Estados Unidos e Italia, más la sangre argentina!”, resaltó con orgullo Giménez.
La dependencia individual no es filosofía en la selección que dirige y ese lujo se lo brinda la buena calidad de los jóvenes jugadores. “Es un equipo que no tiene valores que se destaquen ampliamente. Es un grupo que se complementa bien; son muy aguerridos. No es un equipo alto y lo saben, pero es algo que desde la calidad y organización técnica que tienen, los hace jugar prolijamente. El equipo que se les para al frente tiene que jugar muy bien para ganarles”, explicó el entrenador.
La tarea que incluía obtener la plaza para el Mundial, ganar el Sudamericano y vencer a Brasil requería lo que Giménez percibió desde fuera de la cancha. “Fueron leones que iban en un misma dirección y eso fue el fuerte de ellos”, sintetizó el domador del grupo.
El club y la selección
Giménez seguirá trabajando como coordinador y entrenador de las categorías de base masculinas del club Ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, deberá responder a sus compromisos con la Selección Menor Argentina. El más inmediato es la participación en la Liga A2, el torneo de ascenso argentino en el que la selección juega especialmente. Hasta diciembre se trabajará también para conformar un equipo B. “Necesitamos un combinado que se desarrolle y genere presión a los chicos que ya están”, explicó la intención del cuerpo técnico.
En marzo comenzaría la concentración para el Mundial que todavía no tiene fecha ni sede.
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