Magia “negra”

Magia “negra”

Los Pumas sufrieron otra clase magistral de los All Blacks, que ya son tricampeones.

NO ALCANZÓ. Juan Martín Hernández se lleva la “guinda”, muy bien custodiado. El equipo, otra vez, no estuvo “fino”. NO ALCANZÓ. Juan Martín Hernández se lleva la “guinda”, muy bien custodiado. El equipo, otra vez, no estuvo “fino”.
La magia de los All Blacks está en lo simple. Antes de pergeñar intrincadas estrategias ofensivas, se preocupan porque el pase llegue a las manos del compañero. Y en 19 de cada 20 veces, llega. Esa combinación de fluidez y precisión en el traslado es su marca registrada, y es lo que a Argentina le falta lograr para jugarles de igual a igual algún día. Una clara muestra de esa capacidad de hacer fácil lo difícil se puede observar en el try de Israel Dagg en el primer tiempo, tras ese pase casi sin mirar de Ben Smith. Por esa y otras cosas fue que Nueva Zelanda derrotó sin problemas a Los Pumas (34-13) y se ciñó la corona del Rugby Championship por tercera vez.

Se dijo que para el equipo argentino tuviera alguna posibilidad de ganar, debía ser poco menos que perfecto. Y no estuvo ni cerca. Cuando no fue la impecable tarea defensiva de los visitantes (prácticamente no desperdician ni un tackle), fueron sus incontables errores de manejo los que detonaron las pocas oportunidades ofensivas que con enorme esfuerzo se labraron. A los All Blacks, en cambio, les resultó relativamente sencillo encontrar espacios en la defensa argentina, que incluso en los peores momentos, jamás dejó de poner el hombro. Lamentablemente, contra estos tipos hace falta mucho más que voluntad de hierro. Sobre todo cuando ese verdugo implacable, Julian Savea, está en una noche imposible. En el segundo tiempo, se llevó puestos a tres Pumas antes de apoyar un try que aplaudieron todos.

Que a Los Pumas todo les cueste más en los últimos dos partidos no es casualidad. El desgaste físico a esta altura es considerable, y enfrente está un rival que puede alinear suplentes de suplentes sin que su nivel se resienta en lo más mínimo. Sin el lesionado Dan Carter y el marginado Aaron Cruden, Beauden Barret volvió a demostrar que es por lo menos tan bueno como los otros dos.

Está bien, no se pudo ganar ni se estuvo cerca como otras veces. Pero se terminó atacando de gran manera, con un try y la neta posibilidad de otro. Contra los maestros, eso ya es muchísimo.

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