Una novela inconclusa y sin embargo imperdible

Una novela inconclusa y sin embargo imperdible

28 Septiembre 2014

Novela

LOS SINSABORES DEL VERDADERO POLICÍA

ROBERTO BOLAÑO

(Anagrama - Barcelona) 

Veinte años le llevó a Roberto Bolaño escribir esta novela que, debo decirlo de entrada, quedó inconclusa. Él estaba seguro de que sería su mejor obra, y tal vez lo sea. En todo caso es el colofón de varias obras anteriores: Llamadas telefónicas, Estrella distante, 2666 y, sobre todo, Los detectives salvajes.

El argumento principal es sencillo. Por vicisitudes de su desordenada vida y por exigencias de trabajo, un profesor universitario y su hija recorren el viejo y el nuevo mundo (a la postre, viejo también), sin ansias turísticas. Italia, Brasil, Argentina y Chile son referencias permanentes; pero sobre todo Barcelona, en España, y Santa Teresa, en México, son los dos puntos geográficos donde se desarrolla la acción y el presente de esta fascinante novela. Amalfitano (exiliado chileno, profesor de literatura, viudo y con una hija adolescente) descubre su propia homosexualidad a los 50 años, sin mayor sorpresa.

Esa, y no otra, será la causa de su periplo entre ambos continentes; de la misma manera que su actividad política fue la consecuencia de su vida nómada mientras fue joven y estuvo casado. Padilla, el joven alumno que lo enfrentará con el lado oculto de su sexualidad, es un personaje decisivo, aunque el contacto entre ambos será mayormente epistolar, en una nerviosa correspondencia entre España y México. Ese argumento básico está mechado por otras historias: la minuciosa obra literaria de Arcimboldi, un mago francés; las pinturas texanas de Larry Rivers; las cinco generaciones de mujeres violadas llamadas María Expósito; las pequeñas historias mexicanas que se inician con los seguidores de Pancho Villa y que llegan hasta nuestros días hilvanando situaciones. El tono satírico, tan propio de Bolaño, es reconcentrado y casi permanente.

Esta novela, inacabada pero no incompleta, centra toda su atención en el desarrollo, no en el desenlace. Esa será la propuesta para el lector: entrar en el juego del autor, convertirse en su cómplice y darle sentido a una obra abierta a múltiples posibilidades. La narración, de ritmo sostenido y de historias bien contadas, tiene todo el encanto de la literatura contemporánea.

© LA GACETA

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Rogelio Ramos Signes

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