La Escuela de Luthería de la UNT cumple 65 años

Ya tiene edad para jubilarse, pero está en plena actividad y sin intención alguna de pensar en el retiro. La Escuela de Luthería de la Universidad Nacional de Tucumán cumple rozagantes 65 años y los festejará con una serie de actividades por una semana desde este viernes en el Museo de la UNT, que incluyen concursos, exposiciones de instrumentos (estarán a la venta), conciertos, conferencias y encuentros de debate entre expertos.

Para esta celebración fueron convocados Antonio Leiva, Federico Cosentino, Gustavo Bellido, Juan Falú, Carlos Moscardini, Gustavo Basso, Lourdes Luna, Viktor Muradov, Daniel Damico y Pablo González Jazey, entre otros.

La de Tucumán es la única carrera en la Argentina que depende de una Facultad (en su caso, la de Artes), ya que todas las otras instituciones son privadas o estatales no universitarias, como la tecnicatura superior que depende del Ministerio de Educación de Salta. Y a nivel latinoamericano, el único antecedente de una formación en una estructura académica superior se registra en México, con una licenciatura de esta especialidad.

La fecha exacta de su nacimiento es incierta; sólo se sabe que es hija de la Orquesta Sinfónica de Tucumán, creada a mediados del siglo pasado por prestigiosos músicos, muchos de ellos inmigrantes europeos que huyeron del horror de la Segunda Guerra Mundial y de la pobreza posterior. Junto a su arte, estaba la preocupación por la preservación y la restauración de los instrumentos que usaban.

Fue entonces que la UNT le encomendó al director de esa formación, Carlos Chillario, que encuentre una situación: la salida se llamó Alfredo del Lungo, el italiano que fundó en 1949 el Taller Escuela de Luthería, que era un curso que se dictaba en el entonces Departamento de Artes. Esa historia sigue escribiéndose hoy, con el Taller transformado en Departamento de Luthería en 2007 y con Juan Cristóbal Alonso como director desde 2011.

“Los luthieres egresados gozan de un gran reconocimiento tanto en el país como en el exterior y sus instrumentos ocupan un lugar de privilegio en las grandes orquestas y entre los concertistas. Pero existe la necesidad de pensar en un cambio de currícula, que le permita a los egresados obtener un título acorde a la trayectoria de la Escuela, que actualmente es de maestro técnico luego de cinco años de carrera. La reforma ya fue aprobada en la Facultad, y ahora espera resolución del Rectorado”, explicó Alonso.

El docente resaltó: “se creció en forma exponencial, y en estos momentos hay cerca de 200 alumnos, de los que el 70% proviene de fuera de la provincia”. “También tenemos alumnos de Colombia, de Bolivia, de Chile y de Canadá, porque es una institución que es ejemplo mundial por su trayectoria, historia y nivel. Eso nos llevó a firmar un convenio con el Conservatorio de Tolima, en Colombia, para ayudar en la creación de la primera escuela de luthería en ese país, que comenzará en el próximo año”, agregó.

El objetivo planteado en la reforma curricular es aumentar la planta docente, elevar el nivel académico y modificar las orientaciones, con tres títulos habilitantes para sus egresados. Su reformulación tuvo en cuenta el diseño de las principales escuelas del mundo, como Cremona, México y Milán; y se consultó a los profesionales sobre los cambios necesarios.