23 Septiembre 2014
“Yo no me peleo con nadie. Hace 11 años que no me peleo con nadie. Así que cada uno que se ocupe de sus cosas. Yo me ocupo de las cosas nuestras y sigo trabajando”. De esta manera, el intendente de la capital, Domingo Amaya, le contestó a un sector de la Unión Cívica Radical (UCR) que había manifestado, a través de afiches distribuidos en la vía pública, que la interna política que el jefe municipal mantiene con el gobernador, José Alperovich, es una puesta en escena.
Ayer, lejos de avivar el fuego de la polémica, Amaya prefirió bajarle el tono a los cruces mediáticos de la semana pasada, cuando se había quejado y había afirmado que era agredido por el alperovichismo.
La agrupación “Radicales en Acción” que responde a la senadora Silvia Elías de Pérez, distribuyó folletos en la vía pública y en las redes sociales, en los que se parodia el enfrentamiento entre Alperovich y Amaya. Vestidos -a través de un fotomontaje- con los atuendos del grupo Pimpinela, los mandatarios provincial y municipal aparecen juntos a una leyenda que reza: “Parecen que pelean, pero son hermanos”, en clara alusión a la alianza política que mantuvieron hasta hace muy poco.
Luego de la entrega de premios a los ganadores de la Décima Edición del concurso literario “La Patria puede Gloriarse” , Amaya respondió a las preguntas de los periodistas, relacionada con la interna peronista de la capital.
“Ustedes nunca me vieron agraviar a nadie, a pesar de que soy agraviado constantemente. Ahora están diciendo esas cosas (en relación a los folletos de Pimpinela), pero no le doy importancia. Yo sigo trabajando y cada uno tiene derecho a opinar. Yo no los puedo prohibir. Estamos en democracia y eso es lo más maravilloso que hay. Siempre que lo hagan con respeto, y no con atrevimiento, cada uno puede opinar”, retrucó Amaya.
Sobre el motivo de los ataques políticos que recibe, Amaya sentenció: “la gente ve lo que uno hace y cómo trabaja. Gracias a Dios no estoy solo, es un equipo de gente comprometida que hemos conformado. Pero, además, con convicción de lo que es verdaderamente la política: servir al otro y trabajar por el bien común”.
A fines de la semana pasada, el titular del Poder Ejecutivo fue el primero en poner paños fríos en la interna, al anunciar que gestionaría en Buenos Aires la entrega de netbooks para los alumnos de escuelas municipales. Sin embargo, Amaya había redoblado la apuesta y le reclamó al Gobierno “más respeto” por la institución municipal que representa. “Que a los alumnos municipales no les den las netbooks es agresión institucional”, se había quejado el intendente.
Ayer, lejos de avivar el fuego de la polémica, Amaya prefirió bajarle el tono a los cruces mediáticos de la semana pasada, cuando se había quejado y había afirmado que era agredido por el alperovichismo.
La agrupación “Radicales en Acción” que responde a la senadora Silvia Elías de Pérez, distribuyó folletos en la vía pública y en las redes sociales, en los que se parodia el enfrentamiento entre Alperovich y Amaya. Vestidos -a través de un fotomontaje- con los atuendos del grupo Pimpinela, los mandatarios provincial y municipal aparecen juntos a una leyenda que reza: “Parecen que pelean, pero son hermanos”, en clara alusión a la alianza política que mantuvieron hasta hace muy poco.
Luego de la entrega de premios a los ganadores de la Décima Edición del concurso literario “La Patria puede Gloriarse” , Amaya respondió a las preguntas de los periodistas, relacionada con la interna peronista de la capital.
“Ustedes nunca me vieron agraviar a nadie, a pesar de que soy agraviado constantemente. Ahora están diciendo esas cosas (en relación a los folletos de Pimpinela), pero no le doy importancia. Yo sigo trabajando y cada uno tiene derecho a opinar. Yo no los puedo prohibir. Estamos en democracia y eso es lo más maravilloso que hay. Siempre que lo hagan con respeto, y no con atrevimiento, cada uno puede opinar”, retrucó Amaya.
Sobre el motivo de los ataques políticos que recibe, Amaya sentenció: “la gente ve lo que uno hace y cómo trabaja. Gracias a Dios no estoy solo, es un equipo de gente comprometida que hemos conformado. Pero, además, con convicción de lo que es verdaderamente la política: servir al otro y trabajar por el bien común”.
A fines de la semana pasada, el titular del Poder Ejecutivo fue el primero en poner paños fríos en la interna, al anunciar que gestionaría en Buenos Aires la entrega de netbooks para los alumnos de escuelas municipales. Sin embargo, Amaya había redoblado la apuesta y le reclamó al Gobierno “más respeto” por la institución municipal que representa. “Que a los alumnos municipales no les den las netbooks es agresión institucional”, se había quejado el intendente.
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