Pudo ser peor...

Pudo ser peor...

Boca no jugó bien y pese a que le empataron en los 89’, agradeció el 1-1

A MEDIA MÁQUINA. Fernando Gago -que no puede cortar el avance rival- no tuvo un gran partido ayer, como todo Boca. dyn A MEDIA MÁQUINA. Fernando Gago -que no puede cortar el avance rival- no tuvo un gran partido ayer, como todo Boca. dyn
Boca incursionó por los dominios de Banfield y al final no pudo más que conseguir un 1-1. Sin embargo, el empate terminó siendo un regalo. Es que fue una bendición que terminara el primer tiempo para el “xeneize”, y un alivio para Agustín Orión, que quemó los libros de todo arquero con la tarea que tuvo. Voló de izquierda a derecha para negarle al local lo que se cansó de ir a buscar. El 1 fue figura y arriba el resto hizo lo que pudo, con chances que no sirvieron para equilibrar la balanza con un “taladro” dominador en serio.

Los roles cambiaron al inicio del complemento y Orión no pasó sustos. Banfield bajó el ritmo y lo hizo crecer a Boca. Rodolfo Arruabarrena, astuto, mandó al campo a Andrés Chávez, el ex de la casa, para que se volviera personaje principal en la historia y él entendió el mensaje: la peleó y frente a frente con Gaspar Servio, castigó aquella red que tanto tuvo de amiga. El arquero no reaccionó al zurdazo y el 9, alzó las manos buscando perdón.

El golpe letal de Chávez reactivó a Banfield, que como un despechado salió otra vez a la carga. Y otra vez a sufrir Orión, porque ni el anfitrión ni la defensa le permitieron relajarse. Al final, y cuando Boca parecía llevarse mucho más de lo que mereció, Banfield le pagó con la misma moneda: Matías Almeyda hizo entrar a Emiliano Terzaghi y el delantero, que logró por fin vencer a Orión, le puso justicia a la historia.

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