El campo, según Alberdi

El campo, según Alberdi

Repudiaba la “civilización de las ciudades”

JUAN BAUTISTA ALBERDI. Efigie en mármol, obra del escultor Camilo Romairone la gaceta / archivo JUAN BAUTISTA ALBERDI. Efigie en mármol, obra del escultor Camilo Romairone la gaceta / archivo
Según lo desliza a veces en su correspondencia, el tucumano Juan Bautista Alberdi (1810-1884) tenía especial inclinación por la vida de campo. Le encontraba virtudes que eran inhallables en las urbes. Desde Roma, el 29 de mayo de 1856, escribía en ese sentido a su gran amigo Juan María Gutiérrez.

Le llamaba la atención ver, a su alrededor, las ciudades invariablemente repletas frente a los campos desiertos. Como resultado, decía, “el pueblo de Roma es el más ignorante y pobre del mundo”. Agregaba con sarcasmo: “ese es el sistema de la ‘civilización de las ciudades’ que quiere Sarmiento para nuestros países”.

En cambio, en Inglaterra y Estados Unidos, “todo el mundo vive en el campo. Los campos son más cultos y más elegantes que las ciudades. En Inglaterra, los grandes colegios, las célebres universidades, están en los campos”.

Y, confesaba, “por mi parte, mi sueño dorado es habitar algún lugar de nuestras campañas de América. Ojalá pudiera tener una bonita quinta cerca del Paraná, o el Rosario. Nuestras grandes capitales de la América del Sur, son cloacas pestilentes de vicios y vagos de todo género. La América virgen, las que se formó por la libertad, es la de ayer, es la de hoy: son los pueblos que no han sido nada bajo el despotismo secular, y que por eso son algo bajo la República democrática”.

Para escribir, necesitaba alejarse del ruido de la ciudad. El 2 de setiembre del mismo año, desde París, decía a Gutiérrez que “no me ha de faltar tiempo, un invierno en Tucumán o un verano en Quillota, para escribir la historia de estos últimos años en nuestro país”.

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