Más preocupada por desmentir que por confirmar

Más preocupada por desmentir que por confirmar

Guillermo Villarreal, columnista de DYN.

22 Septiembre 2014
BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, no dejó en claro si en su visita al Vaticano el papa Francisco convalidó o no la estrategia del Gobierno para negociar con los fondos buitres, lo que es poco probable, y prefirió aferrarse a los textos pontificios que coinciden con la crítica a la especulación financiera global.

La primera mandataria optó, sin embargo, por cuestionar a quienes se arrogan condiciones de voceros papales para opinar sobre la realidad del país. En particular apuntó contra el oficial de protocolo del Vaticano, monseñor Guillermo Karcher, quien había advertido que el Papa estaba preocupado por la gobernabilidad del país.

El sacerdote argentino, quien esta vez no estaba en Roma porque se encontraba de vacaciones en Córdoba, ya había tenido un desliz en mayo al negar la autenticidad de una “carta” o “telegrama” de Francisco a la Presidenta por la fecha patria argentina.

Fernández de Kirchner fue rotunda en rechazar las afirmaciones de Karcher: “El Papa no está en absoluto” preocupado por la gobernabilidad y apeló a una frase de un interlocutor autorizado como el rector de la UCA, arzobispo Víctor Manuel Fernández, para desacreditarlo aún más: “cuando habla el Papa, habla el Papa. El Papa no habla a través de nadie, de ninguna persona”.

Empero lo que la jefa del Estado no precisó, es si el Papa apoyó la estrategia argentina contra los fondos especulativos, como pretendía llevarse como argumento a la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que hablará el miércoles.

Apenas atinó a destacar que el Papa propicia “una reforma profunda del sistema financiero global” y a citar el punto 56 de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, en el que el pontífice se refiere a la situación de los países endeudados, y que al entender de la Presidenta: “casi parece escrita para la Argentina”.

La primera mandataria se llevó del Vaticano, es probable, el respaldo moral del Papa a la cuestión de fondo y una sugerencia para seguir buscando una solución razonable a este conflicto externo que impacta en la economía del país, cada vez más complicada por la inflación en alza con recesión, el ensanchamiento de la brecha cambiaria, el desequilibrio fiscal, los despidos y la incertidumbre social.

Comentarios