21 Septiembre 2014
RECICLADO. Un alumno muestra un souvenir (El árbol de la vida) hecho con material plástico y alambre. la gaceta / foto de hector peralta
“Los bosques y las selvas son uno de los recursos naturales más importantes del mundo. Sin embargo, el mundo perdió un 40% de sus pulmones verdes por los incendios, la tala indiscriminada y la falta de concientización sobre lo útil que son los árboles para la sobrevivencia humana”, reflexiona Elio Elías Coronel, alumno de la escuela secundaria “Barrio San Miguel”. El establecimiento presentó en la Expo 2014 el proyecto de preservación ambiental “Por una comunidad verde”.
Del trabajo, que incluye el reciclado de bolsas y tapitas de plástico, participan los espacios curriculares de todas las materias, explicó la directora del establecimiento Andrea Medina Alderete. También hicieron su aporte un Centro de Actividades Juveniles (CAJ) que depende de la escuela; la Fundación Lillo, que dictó talleres sobre Botánica, y la Reserva de Horco Molle de la UNT. Aquí les enseñaron a plantar y a cuidar los árboles.
“Decidimos forestar porque nuestro barrio y los demás que nos rodean carecen de árboles. Y los pocos que hay, la gente no los cuida”, contó Adrián Véliz, alumno de cuarto año.
Con un álbum de coloridas fotos en la mano, Jorge Damián Valdez explicó a nuestro diario que están forestando con árboles autóctonos de Tucumán: lapacho rosado, palito dulce, lapachillo (pariente del lapacho, pero menos tupido), chal chal (el preferido del ave el chalchalero), lapacho amarillo (tiene más flores que cualquier otro árbol y en él habita el hornerito), el jacarandá o tarco y pata de vaca o de cabra (blanca, rosada, lila). La profesora Estela Durán aclaró que los alumnos riegan y cuidan los árboles.
Alfredo Fajardo, de 14 años, explicó que también hacen trabajos de reciclado. “Armamos carameleras y alhajeros con la base de botellas de gaseosas, y con las tapitas hacemos alfombras y souvenires (sombreritos). Con cintas de bolsas plásticas tejemos al crochet carteras, bolsos para llevar el termo y el mate, y forramos cajas que sirven para poner regalos o para costureros”, detalló.
Del trabajo, que incluye el reciclado de bolsas y tapitas de plástico, participan los espacios curriculares de todas las materias, explicó la directora del establecimiento Andrea Medina Alderete. También hicieron su aporte un Centro de Actividades Juveniles (CAJ) que depende de la escuela; la Fundación Lillo, que dictó talleres sobre Botánica, y la Reserva de Horco Molle de la UNT. Aquí les enseñaron a plantar y a cuidar los árboles.
“Decidimos forestar porque nuestro barrio y los demás que nos rodean carecen de árboles. Y los pocos que hay, la gente no los cuida”, contó Adrián Véliz, alumno de cuarto año.
Con un álbum de coloridas fotos en la mano, Jorge Damián Valdez explicó a nuestro diario que están forestando con árboles autóctonos de Tucumán: lapacho rosado, palito dulce, lapachillo (pariente del lapacho, pero menos tupido), chal chal (el preferido del ave el chalchalero), lapacho amarillo (tiene más flores que cualquier otro árbol y en él habita el hornerito), el jacarandá o tarco y pata de vaca o de cabra (blanca, rosada, lila). La profesora Estela Durán aclaró que los alumnos riegan y cuidan los árboles.
Alfredo Fajardo, de 14 años, explicó que también hacen trabajos de reciclado. “Armamos carameleras y alhajeros con la base de botellas de gaseosas, y con las tapitas hacemos alfombras y souvenires (sombreritos). Con cintas de bolsas plásticas tejemos al crochet carteras, bolsos para llevar el termo y el mate, y forramos cajas que sirven para poner regalos o para costureros”, detalló.
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