La necesidad de una normativa para las ferias

La necesidad de una normativa para las ferias

Se han mantenido a lo largo de los siglos, como una expresión alternativa del comercio. Siempre fueron la posibilidad de preservar la canasta familiar porque se pueden adquirir cosas a menor precio, por ejemplo, comprar verduras directamente a los productores, sin intermediarios, pero también las ferias constituyen un lugar de encuentro. Mientras esta actividad está reglamentada en muchos países, en Tucumán se desarrolla en forma desordenada, con escaso o casi nulo control del Estado y genera con frecuencia quejas vecinales, porque sienten que sus espacios verdes son invadidos.

En nuestra edición de ayer publicamos una carta de ciudadanos que viven en las inmediaciones de los predios de la ex estación El Provincial. “Nos hallamos en una situación desesperante porque fuimos invadidos por manteros y vendedores ambulantes que montaron estructuras en el parque, depredando y ensuciando todo a su alrededor. Estas personas encienden fogatas en los espacios verdes haciendo leña de los árboles, muchos de los cuales ya sufrieron daños irreparables. Los vecinos venimos rogando a las autoridades que hagan algo, pero con el pretexto de que no se sabe a quién pertenecen los predios, se lavan las manos, consintiendo que se violenten normas municipales y provinciales. Mientras se embellecen otras partes de la ciudad, a los vecinos de esta zona nos condenan a vivir en la mugre y la marginalidad, tirando por tierra nuestra calidad de vida y el valor de nuestras propiedades”, dijeron los vecinos.

En la misma edición, dedicamos un amplio espacio a la labor de un equipo de docentes y estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la UNT, que propone la construcción de módulos normatizados para la instalación de puestos en las diversas ferias que se encuentran en el Gran San Miguel de Tucumán. “Nuestro objetivo es diseñar un modelo de gestión en el que participen los municipios, los feriantes, los técnicos, los vecinos e incluso la Federación Económica, para llegar a un acuerdo y a una normativa para las ferias. En todo el mundo hay ferias itinerantes, el problema es que en nuestra provincia hay una carencia de normativas para esta actividad”, dijo la directora del proyecto. El equipo ideó la construcción de módulos normatizados para la instalación de puestos en las ferias que se ubican en el Gran San Miguel de Tucumán.

Esta iniciativa ayudaría a que el Estado se ocupe con seriedad de este asunto. La actividad debería regularse con una normativa específica y desarrollarse en predios adecuados para tal fin. La legislación debería hacerse extensiva a la provincia. La Dirección de Bromatología podría asesorar a los feriantes sobre cómo mantener los alimentos en buen estado, tales como los lácteos o embutidos, que a veces permanecen varias horas bajo el sol o se hallan al aire libre a merced del intenso calor del verano. Podrían instalarse baños químicos y exigirles a los vendedores que se ocupen de la limpieza luego que la feria termine.

Las ferias nuevas suelen instalarse caóticamente en un lugar -como en el predio de la ex estación El Provincial-; cuando se intenta poner orden suele ser demasiado tarde, desalojarla implica un conflicto social que el gobierno no se atreve a abordar. La fórmula “dejar hacer, dejar pasar” sólo sirve para que un problema se haga cada vez más grande y su solución sea luego muy difícil.

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